Que en los partidos de infantiles el ambiente es en muchos casos tan violento como en una grada ultra ya lo sabíamos. Sólo que esta vez, con la pelea de los energúmenos de Mallorca, lo hemos visto. De ahora no es.  Era yo adolescente cuando llevando a un equipo en funciones de delegado ya sabíamos en qué campos había que perder. De mayor he sido padre de futbolista juvenil en varias temporadas y equipos y las experiencias vividas me hacen que no recomiende a ninguno de mis allegados a iniciar a sus hijos en el fútbol. Peleas como la vista, gracias a Dios ninguna, pero sí un ambiente de violencia latente: padres contra unos jugadores porque a su juicio oscurecen a su hijo, grupos de padres unos contra otros. Veces que no oyes cuando en la grada se grita un "Dale, Dale" o un tipo o una tipa de 40 años llama cabrón o hijoputa a un chaval de 12 o 14 por marcar o regatear...

Que por qué pasa y ha pasado esto, lo mismo, lo sabemos. Para algunos padres, sus hijos son la vía de escape a sus frustraciones personales. Para otros, y bien estúpido es, el camino soñado hacia la prosperidad. Tener en caso al nuevo Messi, al nuevo Cristiano, o al menos al nuevo Zlatan o a un jugador regular de primera. Y si aquella famosa por su hija mataba, estos también. Al rival o a los suyos si, como digo, le hacen sombra o detienen su progresión.

La cosa se agrava si estos padres participan -sin duda los de la pelea sí- del clima de violencia que rodea al fútbol. Un clima que se agudiza porque se siente como impune. El fútbol lleva mucho tiempo siendo un cubo de la basura de comportamientos sociales, y no pasa ná -recuerdo a la familia que conocí, en la que el padre no permitía al hijo una sola palabrota, salvo cuando le llevaba al fútbol-.

Si la cosa pasa a mayores pero la arman los ultras nos tranquilizamos.Ya pueden matarse por las calles que como no es fútbol, nos quedamos tranquilos. Si en las gradas claman por la muerte del rival o similar es enojoso pero claro, que es que no se puede castigar a todos por unos pocos y aunque haya previstas sanciones de cierre de campos totales o parciales, que yo sepa las primeras rarísima vez se han aplicado en los últimos tiempos y las últimas, nunca. Las autoridades competentes, en sabia demostración de flexibilidad, así lo entienden. Que la pedagogía esa de que la letra con sangre entra está ya superada.

Algunos exquisitos dicen que a ese ambiente contribuyen también los mensajes que llegan de aquí y de allá, que convierten el fútbol en una lucha en la que todo vale, en la que el rival siempre roba y tu equipo es siempre víctima. Y en la que claro, los ladrones no son sólo jugadores y clubes, sino en la que todos los seguidores rivales son cómplices y como tú das la cara por tu equipo, es a ti a quien están robando y si no te indignas, o no eres de verdad de tu equipo o eres maricón (perdone que me meta en la mente ajena y les traduzca el discurso).

Pero claro, eso como digo es cosa de exquisitos, meapilas que orinan colonia y encima hipócritas, que lo que pasa es que también tiene sus colores pero los disimulan. No, las cosas hay que decirlas como son o al menos como yo las siento, porque hay que ser sincero e ir de cara y lo bonito del fútbol es el pique y la rivalidad y nosotros y todos sabemos hasta donde se puede llegar. Que si alguno se lo toma mal y se pasa, allá ellos. Menudos hay, que no entienden ná.

En fin. Sabemos todos que no son todos los padres los que hacen fechorías de este tipo, así como no todos los aficionados al fútbol son ultras. La gran mayoría son gente correcta e intachable. Pero esa minoría que sí infecta el ambiente con estos comportamientos es, precisamente, la que interpreta mal -a decir de quien los emite- los mensajes del ganar a cualquier precio, el matar por los colores y de que el fútbol es para listos. Normalmente los niños que juegan a estas edades no llegan mucho más lejos en el fútbol y lo peor que suele pasar con este tipo de comportamientos es que los interioricen como que valen para el ambiente futbolero  y los reproduzcan después. Tampoco pasa nada: ya vemos que lleva mucho tiempo siendo así.

Yo solo digo que con este video lo que sabíamos, ya lo hemos visto. Y que si algún día se dan circunstancias desgraciadas y apalean o matan algún niño pues pasará como siempre. Que esto no es fútbol, lavado general de manos, y se acabó. Sigamos como hasta ahora, porque para arreglarlo igual hay que empezar de cero, e igual ya no compensa o no da tiempo. Ya ven ustedes: escribes sobre cualquier cosa, y enseguida te empiezan a poner que si el Madrid, que si el Barça,,, Y como te lo ponen.

P.D.: Leo que una persona encargada de tomar medidas dice que el problema de la violencia en el deporte no solo atañe al fútbol y que este caso y la agresión a un árbitro juvenil en el mismo ámbito territorial hace poco son hechos aislados. Seguramente, como el apedreamiento a un autobús de un equipo ayer mismo en Galicia o los casos de los últimos meses...