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cuatro Tours de Francia, un Giro d'Italia y dos Vueltas a España, además de haber sido galardonado en tres ocasiones con el Veló d' Or. La carrera en el ciclismo profesional de Chris Froome es una de las más grandes de los últimos tiempos y la más fructífera del siglo XXI. Con 39 años de edad y en la que será la cuarta temporada del británico de origen keniata en el Israel-Premier Tech, fue una de las estrellas invitadas al acto de presentación de la 90ª edición de LaVuelta.
Froome sufrió un grave accidente en 2019 por el que se fracturó el fémur, el codo y el esternón y ve cada vez más próxima su retirada, por lo que quiere culminar su carrera participando en una de las tres grandes Grandes Vueltas del calendario. "Sería genial para mí volver a una Gran Vuelta en la que puede ser potencialmente mi última temporada. Puede ser una manera muy especial de terminar mi carrera", explicaba el ex de INEOS a este periódico, aunque tampoco quiso descartar su posible continuidad más allá de este año.
Puede ser una manera muy especial de terminar mi carrera
Triunfos muy trabajados
Ganador de la ronda española en los años 2011 y 2017 imponiéndose a su compañero de equipo Bradley Wiggins y a Vincenzo Nibali en las respectivas ediciones, la de 2017 fue realmente complicada de conseguir para un Froome que también se había coronado como ganador del Tour de Francia ese mismo verano.
"De las dos que gané, la de 2017 es probablemente la más difícil teniendo en cuenta que justo antes logré el Tour de Francia y estaba tratando de ganar también en La Vuelta la misma temporada. Intenté hacerlo muchas veces y no funcionó hasta ese año. Fue muy bonito que al final sucediera", expuso el ciclista al respecto.
Batallas épicas para la historia
El británico brilló en la década de 2010 gracias a un Team Sky que era prácticamente imbatible y que, de la mano del doble ganador de LaVuelta y de Bradley Wiggins, cosechó numerosos títulos que podrían haber aumentado de no ser por la presencia en el pelotón de otra leyenda como Alberto Contador.
Y es que el español protagonizó grandes batallas junto a Froome tanto en el Tour de Francia como en la ronda española, forjando una de las mayores rivalidades del ciclismo contemporáneo y que obligó a ambos a dar lo mejor de sí mismos para lograr los triunfos que a día de hoy se plasman en el palmarés tanto del de Pinto como en el del natural de Nairobi.
"Esa rivalidad me impulsó a entrenar más fuerte y llevar mis carreras a niveles más altos. Alberto (Contador) fue un adversario muy duro porque era muy complicado saber qué iba a hacer o cuándo iba a atacar. Era muy impredecible. Tengo mucho respeto por él y es genial que, ahora que ya no corremos juntos, podamos hablar y vernos fuera del ciclismo", explicaba
Fue un adversario muy duro porque era muy complicado saber qué iba a hacer o cuándo iba a atacar. Era muy impredecible
El final de una época
Con la retirada del ciclista español justo en el año en el que Froome consiguió la última Gran Vuelta de su carrera y la retirada de otras leyendas coetáneas como Mark Cavendish, Froome es una de las últimas grandes figuras de la época que aún sigue en activo y, pese a que ya no esté al nivel de otros años, ha sido, es y será uno de los grandes referentes para las nuevas generaciones de jóvenes ciclistas.
"A menudo mucha gente se acerca a mí para darme las gracias por los recuerdos y los momentos especiales que he dejado. Para mí eso es suficiente. Es muy gratificante cuando veo que chicos jóvenes que están empezando sus carreras en el ciclismo profesional me dicen que empezaron a practicar este deporte gracias a vernos competir. Me alegra de corazón", finalizó Froome tras la presentación de una Vuelta a España 2025 en la que se espera ver el último baile de uno de los ciclistas más dominantes de los últimos tiempos.
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