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Aunque a veces nos creemos que lo sabemos todo sobre nuestro coche, no siempre es así. Hay pequeños detalles que, porque pasan desapercibidos o porque simplemente nunca los usamos, se mantienen ocultos a nuestro conocimiento.
Un elemento obligatorio en nuestro paragolpes
Podría ser perfectamente el caso del elemento del que te vamos a hablar hoy. Aunque es discreto, lo tienen todos los coches -al menos los que se comercializan en Europa- pero lo normal es que nunca lo tengas que utilizar (o, al menos, eso es lo deseable) y por ello también es posible que no hayas oído hablar de él.
Pero eso no significa que no sea bueno conocer de su existencia y, por supuesto, saber cómo proceder si tenemos que utilizarlo. Hablamos de la pequeña tapa que tienen los paragolpes bajo la cual se encuentra un elemento que te puede salvar de un apuro.
Anclaje en caso de avería
Bajo el embellecedor que verás en el paragolpes de tu coche (que puede presentarse a cualquiera de los dos lados del morro) hay un punto de anclaje que servirá para remolcar el vehículo en caso de avería.
Para ello tendrás que utilizar otra pieza sobre la que quizá tampoco habrás puesto mucha atención: la argolla que se enrosca en ese punto de anclaje a la que se atará la eslinga de los vehículos de rescate que acudan a nuestra ayuda, si fuese necesario.
Se trata de un elemento obligatorio por ley para todos los vehículos a la venta en Europa. Los más tiquismiquis podrán argumentar en su contra que estéticamente puede perder algo de lucimiento el pargolpes, pero realmente la presencia de esa tapa es casi imperceptible.
También en el paragolpes trasero
La normativa también especifica que, igualmente, debe haber un segundo punto de anclaje en la zaga, donde, si te fijas, verás que hay otra trampilla oculta con el mismo fin. Ambos sistemas de anclaje deben soportar al menos la mitad de la carga máxima de nuestro coche.