La cuenta atrás ha comenzado... para detenerse el próximo 27 de mayo a las 17:30 horas, fecha y hora en la que Alpine desvelará al mundo en Dieppe (Francia) el tercero de sus modelos tras el ya convertido en icono A110 y el recién llegado A290: el A390.
Un coche que supondrá un punto de inflexión para la firma gala, no solo por su diseño, nivel de calidad y dinámica de conducción, sino porque pretende ser el que conquiste a nuevos clientes, que abra la marca de manera definitiva al mundo. Para lograrlo no solo pone sobre la mesa la carrocería que más ventas aglutina del momento, los SUV, sino que imprime el sello deportivo de Alpine en una silueta de corte coupé que tiene su continuidad en una dinámica de conducción al alcance de pocas marcas.
Ahora bien, para descubrir todos sus detalles todavía habrá que esperar el comentado mes mediante, mientras que para realizar el test drive oficial, quizá otros cuatro o cinco meses más. En este punto recalcamos lo de 'oficial' ya que aquí no es sinónimo de primero, pues la realidad es que MARCA ha sido el único medio español en subirse y probar de lo que es capaz el nuevo A390, una receta que se repite tras el primer test del A290 hace algo más de un año.
De la nieve a la lluvia
Ha sido en el Centro Tecnológico de Laodux, en Auvergne (Francia), zona de ensayo tanto de Michelin como de otros muchos fabricantes que buscan en sus 4,1 kilómetros de circuito sacar el máximo partido a las prestaciones y cualidades de sus modelos más radicales. Un terreno de pruebas ideal para exprimir todo el potencial del A390 y, sobre todo, afinarlo para convertirlo en uno de los grandes referentes de una categoría de crossover coupé eléctricos de alto rendimiento que está huérfana de modelos a excepción, quizá, del actual Porsche Macan EV (que tiene poco de coupé).
Un cambio de escenario radical, pues hasta hace unas semanas los dos prototipos que se han presentado frente a nuestros ojos estaban rodando por el círculo polar ártico soportando temperaturas de -40ºC para así curtir algunos de los sistemas en condiciones de temperatura extrema en lo que vendría a ser un 'castigo' equivalente al uso de cinco años. Ahora, pese a tener frente a ellos rectas infinitas y curvas entrelazadas, el fin principal de este trazado es conocer cómo se comporta sobre condiciones de pavimento mojado el que será uno de las puntales de su dinámica de conducción: el Alpine Active Torque Vectoring.
'Bailando' bajo la lluvia
Con esta premisa en mente y tras la explicación técnica relativa al funcionamiento de dicho sistema, que por cierto se combina con otros igualmente avanzados como son el Brake Torque Vectoring, el Precontrol de par (para limitar el giro excesivo de las ruedas), o la tracción total eléctrica proporcionada por los tres motores eléctricos, uno situado en el eje delantero y dos en el trasero, tocó reunirse con las dos unidades de prueba, las mismas que se han exprimido en el Polo Norte.
Ambas guardan la misma y desconocida configuración mecánica, con la única salvedad de equipar neumáticos diferentes: unos Michelin Pilot Sport 4S en medida 245/40 R21 o unos Michelin Sport EV en medida 245/45 R20 que varían considerablemente el agarre en pista. Y es que mientras que los primeros aseguran el mayor agarre y prestaciones, los segundos están pensados para aumentar el rango eléctrico y el confort, sin perder eso sí un punto de dinámica. De hecho, el propio CEO de Alpine, Phillippe Krief, nos confirma que la gran mayoría de s quizá se decante por los de menor llanta porque la merma de prestaciones no es tal pero viene acompañada de una mayor autonomía. Solo el apartado estético, de suma importancia en un modelo de estas características, jugará un papel importante en la toma de decisiones.
Con todo, toca el turno de entrar en pista y con la precaución inicial ante el desconocimiento del trazado y la respuesta de todos los sistemas, avanzamos los primeros metros con el A390 y llanta de 21" para comprobar de primeras que el coche corre, y corre mucho, pero sobre todo, tiene una puesta a punto excepcional. Desde una dirección precisa e intuitiva hasta un tacto del freno idéntico al de un coche convencional.
Con el modo de conducción Normal activado, el sistema irrumpe de manera súbita ante nuestros primeros intentos de descolocarlo, pero a medida que seguimos rodando y cambiamos hacia el Sport, sentimos cómo el ESC se vuelve más permisivo y, sobre todo, como el Active Torque Vectoring empieza a trabajar evitando que el subviraje aparezca y cerrando nuestra trayectoria de manera mucho más natural.
El ritmo sube y todavía con cierta precaución, ponemos en aprietos al coche en la salida de algunas curvas notando cómo el tren trasero empieza a permitirnos cierto deslizamiento. De ahí damos el salto al inédito modo Track, el más deportivo y con el que el que uno de los ingenieros de desarrollo de Alpine nos reafirma que es con el que se logran los tiempos de vuelta más rápidos. Aquí el ESC se ajusta de manera específica, desconectándose casi en un 99%, al tiempo que el reparto de par activo distribuye de manera más rápida y efectiva el par a cada rueda trasera, hecho que consigue gracias a la dupla de motores traseros que actúa como si tuviéramos un diferencial, pero de manera mucho más rápida.
Nos bajamos del primer A390 y tenemos ganas de más, es evidente, para lo cual hace acto de aparición la segunda de las unidades, con una llanta de 20 pulgadas que ciertamente es menos llamativa y que en los primeros compases ya nos da muestras de que está pensada para otros menesteres. Tanto es así que al rodar con el modo Track y querer ser más exigentes de lo que inicialmente deberíamos de haber sido, aparece el primer trompo. No hay pérdida de confianza, ni mucho menos, pues solamente hay que ser consciente de que este neumático tiene otro fin. Sin embargo y como nos habían corroborado, no perdemos un ápice de agilidad.
Sin querer confirmarnos todavía el peso final, tras el volante, con un diseño por cierto inspirado en los Fórmula 1, con los botones Overtake (en rojo para disfrutar de un empuje adicional durante un periodo limitado de tiempo) y Recharge (en azul para recargar), así como el específico para seleccionar los diferentes programas de funcionamiento, lo que uno siente es que no es un eléctrico más por ese perfecto compromiso entre divertimento. Cualidades que terminamos de confirmar en la vuelta copilotada por uno de los desarrolladores de la marca donde nuestra 'danza bajo la lluvia' se queda en un juego de niños ante las cruzadas de este A390.
En definitiva
La guinda la aporta el Alpine Drive Sound que en comparación con el A290 ha evolucionado para mejorar la experiencia de conducción de un modelo que no solo es más potente, sino también más representativo. Escalado en dos modos específicos, cada uno aporta sus propias características y en la más deportiva se ha intentado replicar la melodía del A110 pero sin llegar a ser el de un bloque de combustión. Durante la prueba, hemos de reconocer que nuestros sentidos estaban completamente enfocados en la conducción, si bien este detalle se convierte en beneficioso porque en ningún momento nos ha incomodado.
Sea como fuere la experiencia de conducción no ha podido ser más satisfactoria. Formar parte de un proyecto tan importante como este A390 con el que Alpine quiere impulsarse internacionalmente, no solo puede ser un orgullo personal, sino que nos permite comprender lo importante que son los últimos pasos de desarrollo de un vehículo en el que hay puestas unas expectativas tan altas y en las que a falta de conocer los detalles finales, desde la firma gala pueden estar muy satisfechos con los que de momento han conseguido. El A390 puede reunir todo para marcar un antes y un después en la concepción de los deportivos eléctricos.
Comentarios