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Cuando tienes a tu favor el argumento del precio, todas las demás pegas son menos... salvo una: el diseño. Si algo -además de la menor calidad interior- puede echarte atrás a la hora de optar por un Dacia eso era su estética.
Y hablamos en pasado porque creemos (aunque esto de los gustos siempre es muy personal), que la nueva generación del Duster, además, es bonito. Si el resto de modelos le llevaban tres cuerpos de ventaja en este apartado... ahora les puede mirar a la cara a cualquiera.
El diseño, de su lado
Porque el Duster de tercera generación no sólo es mucho más atractivo, sino que además tiene una personalidad propia que, si se traslada al resto de modelos de la marca en el futuro, les va a dar grandes réditos en términos de imagen.
Se mire por donde se mire es otro coche. El frontal, con los faros integrados en una parrilla estrecha y horizontal, comparte protagonismo con un paragolpes muy prominente y da la sensación general de tener un morro muy alto, lo que le da mucho empaque.
En el lateral, los atractivos diseños de las llantas y la original moldura plástica de las aletas delanteras lo identifican entre el tráfico y detrás, aunque con líneas más simples, los pilotos con forma de C resultan también bastante visuales.
Sin duda, el diseño exterior es lo mejor de este nuevo Duster. El interior también ha evolucionado, con la incorporación al fin de un cuadro de relojes digital y la adopción de una gran pantalla central flotante. También resulta agraciada la moldura principal frente al pasajero con el nombre del modelo grabado... pero hay una pega.
Donde no vemos un progreso similar es en la calidad de los materiales de su interior, que siguen siendo plásticos duros... indisimulados. No hay tampoco muchos alardes de diseño, salvo los embellecedores en forma de Y tumbada de los aireadores (a juego con las luces diurnas), que en las versiones Extreme se presentan en color bronce. Todo es correcto (también el techo, rematado con una tela parecida a la de los tejanos o los asientos, con alguna zona en símil a microfibra)... pero nada más.
La hibridación llega al Duster
Ya puestos a dar un salto adelante... ¿por qué no hacerlo también en la mecánica? Dacia presumirá ahora de tres modelos con etiqueta ECO: un GLP, el 4x4 con hibridación ligera y una versión híbrida en toda regla... que viene a ocupar el hueco que dejan los diésel, extinguidos.
El Duster Hybrid combina un motor 1.6 de 90 caballos con dos propulsores eléctricos, uno de ellos que actúa sólo como generador para alimentar la batería y un segundo que también puede mover al vehículo. En total, disponemos de 140 caballos. Una potencia que, aunque no resulta descollante, si resuelve con suficiencia las necesidades medias del coche.
Como en sus hermanos de Renault, es un híbrido de funcionamiento bastante suave, aunque no tan refinado como los ses. La batería se consume con mayor facilidad que en los sistemas de la marca del rombo y cuando eso sucede, el 'tirón' del motor de combustión sí hace que se revolucione en demasía. Pero, en general, su funcionamiento es bastante satisfactorio.
Sobre todo porque consigue consumos bastante bajos. En carretera resulta muy sencillo bajar de siete litros de promedio a velocidades legales y en ciudad, donde le podemos sacar más partido a la hibridación, bajaremos con suficiencia de los seis. Eso redunda en autonomías de 700 kilómetros; que haremos 'con la gorra'.
Podemos jugar con los modos Eco o Normal y tenemos además un tercero, denominado E-Save, que reserva batería para, por ejemplo, una zona de circulación restringida. Y también hay un modo B para regenerar que está bastante logrado ya que no nos para demasiado el coche cuando levantamos el pie del gas. Lo que hemos echado de menos, comparado con los Renault, es que el ordenador de a bordo no muestra la cantidad de kilómetros que recorremos en modo cero emisiones.
Dinámicamente es un coche correcto, sin más. La dirección tiene un tacto suficientemente preciso y las suspensiones trabajan bien en cuanto a confort, con lo que podemos deducir que a la hora de contener balanceos sufra algo más, también por la generosa altura sobre el suelo de su carrocería. Un factor que se vuelve muy a su favor cuando nos vamos al campo, por cierto (aunque, para eso, mejor el gasolina 4x4).
Una versión que ya no es barata
Esta versión del Duster, con el acabado Extreme -el más rico- y el motor híbrido -el más tecnológico y potente- nos permite descubrir lo máximo que Dacia ofrece en su renovado todocamino compacto. Por tanto... es fácil deducir que no es la opción más competitiva en cuanto a precio.
No porque sus 27.790 euros estén por encima de rivales con motorización similar (que no lo está-de hecho, cuesta casi lo mismo que un Pegueot 2008 híbrido-), sino porque hablamos de cifras que se acercan a los 30.000 euros... y que probablemente estén bastante lejos de lo que el cliente medio de este coche piense gastarse.
El Duster Hybrid Extreme viene con todo lo que le podemos pedir a un coche generalista: climatizador, tarjeta manos libres, pantalla principal de 10,1", conexión inalámbrica para móvil (también de Apple)... y los elementos que ya son obligatorios como las luces automáticas o los asistentes de conducción (que por cierto, son un poco bruscos en sus intervenciones) . Y si salimos al campo tendremos también asistente de arranque en pendiente y control de descenso, así como indicadores de incilinación
En cualquier caso, podemos acceder a un Duster a un precio más competitivo sin perder la ventaja de la etiqueta si optamos por el Extreme ECO-G de GLP, que cuesta 5.000 euros menos aunque, eso sí, con sólo 100 caballos...