- Motor. Renault Sport Spider: 25 años de un deportivo para muy puristas
- Motor. ¿Te acuerdas de los 16 válvulas que te volvían loco en los 90?
Hay coches a los que el 'nombre y primer apellido' no hace toda la justicia que debiera, porque es el 'segundo apellido' el que los distingue hasta encuadrarlos en el ámbito de las creaciones automovilísticas especiales.
Es el caso del Peugeot 205 Turbo 16. Quizá el profano que lo viera hoy día lo confundiría con una variante convencional del 205 de tres puertas pasado por un taller de fibra de cualquier polígono para satisfacer las peticiones de su propietario en materia de tuning. Pero no, el 205 más eficaz era un coche de competición capaz de 'sacar los colores' a más de un deportivo de su época con sonado pedigrí. Y también de provocar un ávido deseo entre los coleccionistas
Solo 200 unidades
La creación de la versión Turbo 16 en la primera mitad de los años 80 se basó en que la firma del león necesitaba competir en el Grupo B del mundial de rallyes y para ello debía homologar 200 unidades para calle del coche que iba a competir.
Aunque el aspecto podía confundirse con el de un 205 ensanchado, el Turbo 16 era un coche con un chasis completamente distinto cubierto por una carrocería de fibra de vidrio cuya parte trasera se abatía (no solo el portón, sino también las aletas) para dar al motor y el resto de elementos mecánicos.
De 300 a más de 500 CV
El motor, por supuesto turboalimentado, iba a alojado en posición central trasera sobre el subchasis trasero, lo mismo que el cambio. Se trataba éste de un 1.8 que de forma oficial entregaba 300 CV, pero cuya cifra de potencia podía variar a poco que regularan al alza la presión del turbocompresor, llegando a superar incluso los 500 CV.
El cambio era de 5 velocidades y la tracción era total, pues las cuatro ruedas motrices se habían mostrado imprescindibles en rallyes para trasladar las altísimas cifras de potencia de forma más o menos controlada al asfalto, la tierra o la nieve.
Detalles similares
Por supuesto, el coche estaba muy ensanchado respecto al 205 convencional, con unos prominentes pasos de rueda y amplias tomas de aire detrás de las puertas para refrigerar el motor. Sí eran iguales los pilotos, los faros y algunos elementos estéticos, como la parrilla frontal. Y también respetaba en gran medida la silueta del coche visto de lado.
Pero al abrir las puertas (similares a las del modelo normal, pero de fibra de vidrio) te encontrabas con unos finos bacquets (preparados para cinturón de seguridad de tres puntos, no de arnés) y un salpicadero que nada tenía que ver con el convencional ni por diseño ni por indicadores, mucho más completos en esta versión.
Historia de éxito
El pedigrí o la fama del coche, que es lo mismo que hablar de su valor de mercado, creció con los éxitos que fue cosechando por todo el mundo bajo el mandato de Jean Todt, que a mediados de los 80 era el máximo mandatario de la división deportiva de Peugeot.
Así, en 1984 debutó con Ari Vatanen y Jean Pierre Nicolas, con tres victorias para el piloto nórdico. En 1985 el equipo oficial fichó a Timo Salonen, que gracias a sus cinco victorias dio el título de marcas a Peugeot por primera vez con el 205. Y en 1986 las victorias se repartieron entre Timo Salonen, Juha Kankkunen y Bruno Saby, lo que valió a la marca un nuevo título mundial de constructores.
Hasta cerca de un millón de euros
Por un 205 que haya vencido en una prueba del mundial se pueden llegar a pagar cifras próximas al millón de euros. Son unidades escasísimas y casi inaccesibles para cualquier mortal. Pero también resulta muy difícil encontrar una unidad que no haya competido nunca a lo largo de su vida, ya que este tipo de coches suele pasar de mano en mano de distintos pilotos antes de ser patrimonio de varios coleccionistas.
Estos últimos pueden encargar una labor de restauración que reconvierta un coche que ha competido en un modelo tal y como salió a la calle. Pero esto, lógicamente, se puede realizar con un modelo cuyo pedigrí no haya sido en absoluto destacado.
Difíciles de encontrar
Dada su escasez, resulta difícil encontrar versiones Turbo 16 del Peugeot 205 pero siempre surge alguna a la venta en Europa. En este caso hemos visto dos: una en Issimi y otra en Autoluce (ambas en italia). Ninguna da precio, pero ya te indicamos que las tarifas suelen rondar los 300.000 euros para una unidad que no haya competido o no tenga un pedigrí destacable.
Es decir, que te sale por más de lo que cuesta un Ferrari 296 GTB nuevo con sus 830 CV, siempre y cuando no condimentes el modelo italiano con sus carísimos opcionales. Si el 205 ha competido con éxito y por manos prestigiosas, mucho más.