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La denominación Monte Carlo (escrita así, separado) no es un invento que Skoda se haya sacado de la 'chistera' hace poco tiempo. De hecho, rinde homenaje a una historia que te vamos a resumir, para que comprendas por qué los modelos más deportivos de la marca checa llevan este sobrenombre y no otro.
Todo comenzó cuando un Skoda quedó segundo clasificado en la categoría de hasta 1,5 litros en el Rallye de Montecarlo de 1936, hace ya 86 años. Aquello fue un hito para el fabricante checo, que lo celebró lanzando una serie limitada de 70 Skoda Popular Monte Carlo. Después, en ese mismo escenario vendrían la doble victoria del Skoda 130 RS en 1977 (categoría de hasta 1,3 litros), las dobles victorias de Favorit y Felicia en la década de los 90, el triunfo en 2013 del Skoda Fabia Super 2000, la victoria del Fabia R5 en 2017 y 2018 y el éxito del Fabia Rally2 evo en 2021 y 2022.
Ahora que sabes que el nombre no es casual, queremos contarte si de verdad el Fabia Monte Carlo transmite cierta deportividad o la suya es solo una denominación bastante afortunada.
Toques en negro
Empezando con su imagen, y más allá del logo 'Monte Carlo' que luce en sus aletas delanteras, esta versión tiene elementos que lo hacen bastante reconocible y que declaran su estatus como coche 'vitaminado', o al menos con cierto 'picante'. Se trata de la terminación en negro que vemos en el marco de la parrilla del radiador, las molduras inferiores del parachoques delantero, las carcasas de los espejos retrovisores, el amplio difusor trasero, las letras de la marca y el modelo e incluso las llantas.
Estas, por cierto (las que lleva nuestra unidad de pruebas son de 16, pero también las hay de 17" por 440 euros más), más lisas de lo habitual pese a su aire deportivo para ayudar a rebajar los consumos, que nos han sorprendido para bien, como te comentaremos más adelante.
La sensación externa es agradable pero donde de verdad tienes la certeza de que la deportividad se incrementa es en el interior. Los asientos son dignos de un coche con pretensiones mucho más deportivas que las de este Fabia, por mucho que hayamos conducido la variante más potente (150 CV, que sale por 26.595 euros). Sujetan de maravilla en las curvas, son confortables, tienen una llamativa tapicería con tonalidades grises y rojas y su diseño es de lo más atractivo que podemos encontrar en el coche.
Hay también en el interior varios remates en rojo por el marco de la consola central, en las puertas y en el propio salpicadero, donde también encontramos un material sintético que recuerda a la fibra de carbono y lleva costuras blancas en contraste.
Gráficos deportivos
Los pedales son de acero cepillado (con revestimiento parcial de goma para que no nos resvale la suela), y el volante está cubierto en su mayor parte de cuero perforado y a través de su interior encontramos una pantalla digital de 10,25" que se puede personalizar con gráficos de aspecto deportivo.
Hay un detalle, por cierto, que podría aumentar la comodidad pero que no tiene este Fabia, y es el apoyabrazos central, que no es extensible y por tanto no nos permite coger el volante a las 10 y 10 con ambos codos apoyados. Pero, en cualquier caso, tampoco los pilotos de rallye conducen con el codo apoyado.
El sonido del motor al pulsar el botón de o no transmite deportividad. Y tampoco podemos ajustarlo por medio de los distintos modos de conducción (opción por 105 euros), que pueden ser Eco, Normal, Sport e Individual. Esto tiene una contrapartida, y es que tu pareja nunca te podrá decir que le zumban los oídos después de un viaje largo.
Motor y dirección más agresivos
En cuanto al rendimiento, el modo Sport acentúa la respuesta del motor y la dureza de la dirección. En el propulsor se nota la mayor respuesta sobre todo cuando dejamos quieto el acelerador y vamos en una marcha no muy larga (tercera o cuarta de las 7 que ofrece en su cambio automático). En ese momento, el coche empieza a empujar como si de repente hubieses hundido algo más el pie del acelerador, y esto se nota sobre todo si antes circulabas en Modo Eco.
Respecto a la dirección, no hay grandes diferencias entre las dos posibilidades de dureza que ofrece (en el Sport es la más férrea). Pero hemos comprobado que, en carretera, esta última transmite una buena sensación de fidelidad y precisión.
En lo que no hay posibilidad de adaptar la respuesta es en el cambio y en las suspensiones. El primero cuenta con levas, aunque también se puede cambiar de modo secuencial moviendo primero el selector hacia un lado para activar esta función 'manual', con la que luego nos 'entretenemos' accionando la palanca hacia delante o detrás. Y las suspensiones no se notan secas o de carácter 'firme', y tampoco pueden variar porque Skoda no ofrece como opción un chasis deportivo con la altura de la carrocería rebajada. Así que nos quedamos con que son incluso confortables, aunque garantizando un comportamiento bastante noble cuando trazamos por carreteras reviradas.
Prestaciones enérgicas
No hemos hablado de sus prestaciones, que sí dan la razón a los asientos y en general a aquello que más nos llame la atención: pasa de 0 a 100 en 8,0 segundos y alcanza 225 km/h gracias a los mencionados 150 CV y a sus 250 Nm de par. Es decir, que el Fabia sí e percibe como una versión 'vitaminada' en su conjunto, aunque sin pretender alcanzar las prestaciones de otros utilitarios de marcas generalistas que rondan o se van más allá de los 200 CV (y que se fabrican en una serie más limitada).
Por cierto, que esta deportividad del Fabia no eclipsa a dos características que también resultan notables, si no sobresalientes en este coche. Una de ellas son los detalles 'simply clever' que demuestran que sigue siendo un coche práctico, y entre los que se encuentran las prácticas redes para sujetar los bultos del maletero (desde 175 euros).
Y la otra es consumo, y ahora te vamos a sorprender: después de algunos días conduciéndolo por carreteras secundarias, probamos a realizar un viaje de 300 km por autovía, solos, sin equipaje y a velocidad legal. ¿Sabes en cuánto se quedó el consumo? En solo 4,4 l/100 km... Sorprendente.