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Elon Musk ha entrado en Twitter como elefante en cacharrería (lavabo en mano) y, como se podía esperar, su peculiar forma de actuar y comunicar no está siendo del agrado de todos, y puede acarrear consecuencias importantes para su nuevo 'juguete'.
Elon Musk quiere cambios en Twitter
Desde el minuto 1, el CEO de Tesla ha explicado que una de sus intenciones al frente de la red social del pájaro azul era fomentar la libertad de expresión en ella, un gesto que se ha asociado inmediatamente con el movimiento que Twitter hizo contra Donald Trump, anterior presidente de Estados Unidos, al suspender su cuenta por "incitar a la violencia".
"El pájaro ha sido liberado", escribió Musk como primer mensaje al frente de Twitter y enseguida se especuló con la posibilidad de que el magnate recupere pronto su espacio en la red social. Pero las intenciones del gurú sudafricano no han sido tan bien acogidas por todos... especialmente por algunos anunciantes y, entre ellos, un gigante de la automoción como General Motors, nada más y nada menos.
GM suspende sus inversiones en Twitter
La revolución a la que apunta Musk en Twitter han sido acogidos, como todos los cambios, con recelo por algunos de sus actores. En este caso, por los anunciantes. Uno de los que más claramente se ha manifestado ha sido el gigante norteamericano del automóvil, General Motors, que ha decidido suspender de forma temporal su publicidad en la red social hasta comprobar el alcance de las novedades y cómo se desarrollará 'el nuevo Twitter' donde todas las opiniones parece que tendrán cabida.
"Hablamos con Twitter para entender la dirección que tomará la plataforma bajo su nuevo propietario. Como es normal hacerlo durante un cambio importante en una plataforma de medios, suspendimos temporalmente nuestra publicidad de pago", manifestó GM en un mensaje a la agencia Press. La empresa norteamericana expresa así su preocupación porque los mensajes de odio puedan aflorar en esta plataforma y se combinen con su publicidad.
Un revés serio para Musk, que se encuentra con los primeros recelos de los inversores. A buen seguro no es lo que esperaba encontrarse después de desembolsar 44.000 millones por Twitter. De ahí que el propio Musk reaccionara de inmediato y dirigiera un mensaje a los anunciantes...a su manera, en forma de tuit.
En ese mensaje, Musk define el nuevo Twitter como "una plaza digital común" donde un amplio rango de creencias "puedan ser objeto de discusión y debate de una manera saludable, sin darle espacio a la violencia". Pero especifica que Twitter no puede ser "un infierno del 'todo vale', donde se pueda decir de todo sin afrontar las consecuencias" y hace un guiño a los anunciantes al considerarlos "contenido" dentro del ecosistema global de la plataforma.
¿Una cuestión de rivalidad?
Es cierto que en la decisión de GM ha podido también influir la rivalidad que el mayor fabricante de automóviles americano tiene con Tesla en el campo de los vehículos eléctricos. Aunque la empresa de Musk lleva la delantera, General Motors está posicionada como su principal rival en Estados Unidos, de la mano del actual presidente Joe Biden, que desde el principio se ha puesto del lado del gigante de Detroit.
De hecho, Elon Musk se ha quejado en repetidas ocasiones -en Twitter, por supuesto- de que en los discursos del actual presidente estadounidense Tesla no aparezca ni siquiera como una referencia para Biden cuando se refiere a la producción o al peso del mercado de vehículos eléctricos en el país.
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