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La final de la UEFA Champions League 2025 no es solo una cuestión de táctica, talento o goles. Es también una confrontación de filosofías. Paris Saint-Germain e Inter de Milán representan dos modelos opuestos de entender y gestionar un club de fútbol en la élite. Uno apuesta por la inversión sin límites para construir una marca global; el otro, por la eficiencia y el control financiero como vía para competir.
El PSG llega con cifras gigantescas: 790 millones de euros en coste de plantilla, de los cuales 659 corresponden a salarios. Aunque el club parisino ha reducido su ratio de gasto salarial sobre ingresos al 82% (llegó al 109% en 2021/22), sigue operando en una escala inalcanzable para la mayoría de sus rivales.
En el otro extremo está el Inter, que ha logrado estabilizar su estructura tras años de apuros económicos. Su coste de plantilla es menos de la mitad: 309 millones de euros (227 en salarios), con un ratio del 57%, una cifra cada vez más cercana a los estándares de sostenibilidad de la UEFA. El modelo de austeridad responsable ha permitido a los nerazzurri pasar de una pérdida de 239 millones en 2020/21 a solo 27 en 2023/24, con previsión de beneficios para esta misma temporada.
Dos caminos en el mercado
La diferencia no solo está en los sueldos. También en cómo se mueven en el mercado de fichajes. El PSGha gastado más de 932 millones desde 2021/22, con un balance negativo superior a los 500 millones. Incluso tras las salidas de Mbappé o Neymar, ha mantenido el ritmo con fichajes como el de Kvaratskhelia (70 kilos).
El Inter, en cambio, ha sido un vendedor nato, con un balance positivo de 116 millones, traspasando a estrellas como Lukaku, Hakimi u Onana y reinvirtiendo con inteligencia. Y lo ha hecho sin perder competitividad: esta es su segunda final de Champions en tres años.
Plantillas valiosas, pero con distancia
El valor de mercado de las plantillas, según Football Benchmark, también marca diferencias. La del PSG está valorada en más de 1.030 millones de euros, la quinta más alta de Europa. La del Inter se sitúa en 691 millones, pero crece año tras año (+19% respecto a 2022/23), reflejo de una política deportiva acertada y una apuesta por el rendimiento colectivo.
Si establecemos su valor de estas plantillas en función de lo que costó cada jugador en el momento del traspaso, el PSG también gastó más. El club galo ha desembolsado un total de 688, 32 millones de euros en su actual plantilla, siendo Kvarastskhelia su mayor desembolso (70 kilos).
El Inter de Milán, en cambio, se ha gastado un montante de 245,35 millones, es decir, casi un tercio que su rival. Su fichaje más caro, Barella: 32,5 kilos.
Dueños y estrategias: Qatar vs. EE. UU.
La batalla de los banquillos es también la batalla de los despachos. El PSG sigue bajo el paraguas de Qatar Sports Investments, que desde 2011 ha convertido al club en una herramienta de 'soft power global'. a capital, acuerdos comerciales únicos y una proyección internacional que pocos pueden igualar. Pero también bajo la lupa de los reguladores.
El Inter ha pasado en 2024 a manos de Oaktree Capital, un fondo estadounidense que ejecutó el control del club tras el impago del préstamo de 395 millones por parte de Suning. Con ellos llega una nueva era: restructuración financiera, control del gasto y enfoque inversor a largo plazo. El Inter es ahora parte de una tendencia creciente: la entrada del capital norteamericano con visión empresarial en el fútbol europeo.
¿La final del futuro?
El choque en el Allianz Arena no es solo una final. Es un escaparate de hacia dónde puede ir el fútbol europeo. ¿Puede seguir compitiendo un modelo racional como el del Inter frente al poder financiero de un Estado como Qatar? ¿Será esta la consagración de la eficiencia o la confirmación de que el dinero sigue mandando?
La Champions 2025 será testigo del enfrentamiento entre dos proyectos, dos modelos económicos, dos maneras de soñar con Europa.
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