- Estadísticas del partido Así vivimos el Celta-Rayo
Balaídos lo tenía todo preparado para celebrar una fiesta, pero al final del partido, en vez de sonar A Rianxeira, lo que se escuchó fue La Vida Pirata. El Rayo remontó, sufrió y acabó festejando sobre el césped lo que aún debe sellar la semana que viene ante el Mallorca. Europa ya busca en Google Maps cómo llegar al Metro de Portazgo.
El Celta salió más despierto y golpeó pronto. Mingueza apareció donde nadie le esperaba y su pase atrás lo remató Swedberg contra el brazo despegado de Lejeune. Marcos Alonso lo ejecutó a lo Panenka ante Batalla, que es como ponerte a recortar ante un toro de 600 kilos.
Pero jugar contra el Rayo de Iñigo Pérez es como tener termitas en casa. No las ves y quizás no lo notas, pero poco a poco te carcomen la estructura. Volcando el juego en la banda a la sombra y enlazando pases, la Franja empezó a ganar terreno y en un centro del Pacha Espino encontró premio. Isi, que engaña porque no llega al 1,70 de altura, cabeceó y batió a un Guaita que no la pudo sacar ni con la gorra.
Balaídos enmudeció y el Celta intentó reaccionar, porque en el calendario ponía "día de fiesta" y un revés no entraba en los planes. Fer López estuvo a punto de poner en pie hasta a la excavadora de las obras del fondo con un jugadón con el que dejó sentados al Pacha y a Óscar Valentín, pero el que volvió a golpear, justo antes del descanso, fue el Rayo.
Lejeune metió un centro al área y De Frutos lo hizo todo bien. Controló con el ombligo, sentó a Yoel Lago y la clavó con la zurda junto al palo de Guaita. Al Rayo le habían invitado a un cumpleaños y lo agradeció tirando la tarta al suelo.
Un Celta rabioso e insuficiente
La charla de Giráldez debió ser de las buenas, porque el Celta salió con espuma en la boca y en un minuto tuvo una triple ocasión. A Swedberg y Pablo Durán les negó el gol Pathé Ciss y la bola le quedó muerta a Fer López en el corazón del área, pero cuando ya celebraba el empate apareció el pie de Balliu para negarle la gloria.
El Rayo apenas salió de su campo y cuando lo hizo se encontró con un Celta intenso y tenso. Yoel Lago salvó un mano a mano con De Frutos y los de Iñigo se echaron atrás, convertidos en un enjambre de hormiguitas rojas encerradas en un túnel sin salida dentro de su área.
Fue un esfuerzo conmovedor de los franjirrojos, acompañados de las paradas de un Batalla que volvió a sujetar en sus manos al Rayo con una doble intervención milagrosa en el añadido del segundo tiempo.
En realidad todo queda como estaba. Si el Celta gana en la última jornada en Getafe se meterá en Europa League y si el Rayo hace lo mismo contra el Mallorca en Vallecas será equipo de Conference. Lo tienen ahí, tan cerca... pero tan lejos hasta que esté en el bolsillo.
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