Los récords son una obsesión para la ciencia, cuyos sabios se devanan los sesos cada día en los laboratorios con vectores y algoritmos para acelerar, junto al material deportivo y los fisiólogos, los plazos naturales que las afinadas y rápidas piernas de los atletas reclaman.
Cada edición de un gran campeonato, especialmente en los Juegos, el atletismo espera, como la moda aguarda el Fashion Week de París, una novedad de Mondo, la marca italiana que desde Montreal 1976 aporta todo el material de este deporte a las grandes citas y que ha sido responsable indirecto de 303 récords mundiales.
Desde que hace unos meses trascendiese a través de las redes sociales que la pista de St. Denis iba a ser morada, el atletismo se pregunta cómo de rápido será el suelo fabricado en el Laboratorio de Ingenieros de Polímeros del Politécnico de Milán. La respuesta, según la BBC, es que es un 2 por ciento más rápida que la de Tokio 2020, aunque todo dependerá de las condiciones de tiempo que cada tarde se encontrarán los atletas en los Juegos.
La contribución de Mondo ha sido introducir la tecnología Ellipse impulse optimizada para mejorar aún más el rendimiento a través de una combinación de absorción, liberación uniforme de energía y comportamiento elástico redefinido. Sobre la base de la que hubo en Tokio, escenario de carreras tan vertiginosas como las dos pruebas de 400 vallas, donde se instauraron sendos récords mundiales, Mondotrack ha variado el subsuelo. Allí donde antes había celdas de aire en forma hexagonales, ahora son elípticas y sin aristas, que ayuda a redistribuir las cargas, además de optimizar el rendimiento.
En definitiva, se centró en favorecer los movimientos de los atletas para que la energía regrese de manera ideal y en el momento adecuado para un rendimiento óptimo. Y también para prevenir lesiones.
Pero, esta vez, en consonancia con el compromiso de los Juegos Olímpicos de París y su espíritu de sostenibilidad, a Mondo se lo pusieron más difícil. El tartán más común es en un alto componente neumáticos triturados y la empresa italiana con base en Alba, en el Piamonte, ha inventado un sistema revolucionario. Ha incorporado conchas de moluscos bivalvos, como mejillones y almejas. Antes de los juegos, el fabricante de pistas Mondo comenzó a asociarse con una empresa de cultivo y pesca de mejillones llamada Nieddittas para darle una segunda vida a las conchas usadas.
Esta recolecta, limpia y prepara las cáscaras (que están hechas principalmente de carbonato de calcio) para que se puedan moler y convertir en un polvo que se pueda incorporar al material de la vía. De lo contrario, las cáscaras habrían ido a parar a un vertedero, por lo que el proceso transforma los desechos en algo útil.
También reduce la necesidad de minería, que es el método mediante el cual los fabricantes obtienen carbonato de calcio. Crear una pista con carbonato biogénico equivale a compensar las emisiones de un coche diésel Euro 4 que recorre 60.000 km. Además, evita el vertido de decenas de toneladas de residuos en vertederos.
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