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Duele... y mucho. El ciclismo en pista español se marchará de vacío de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras vivir la cara negativa del deporte. La de rozarlo, como ocurrió con Albert Torres en el Ómnium que ganó el ídolo local Benajmin Thomas. Y la del drama. Porque cuando peleaba el de Ciutadella de Menorca junto a Sebastián Mora por todo en la Madison llegó una caída. Con la pareja belga que no apretaba, pero costó cualquier batalla.
Torres y Mora vivieron ese día en el que las cosas salían, pero no del todo. Siempre en cabeza, sumando y afrontando con seriedad los movimientos de las favoritas. Pero sin transformarlo en vuelta. Y cuando llegó el momento de probar, un accidente desgraciado cambió todo. Retiró a Torres y penalizó a Mora. Ahí se terminaron sus opciones.
Es lo bello y lo duro de la Madison, disciplina relacionada desde sus orígenes con el Madison Square Garden de Nueva York. Una carrera de elevadísima complejidad. No se gana hasta que la carrera, de 50 kilómetros, se pone verdaderamente seria y nadie nunca sabrá cuando es. Aunque en la pequeña Montigny-le-Brettoneux donde reposa el coqueto velódromo nacional francés, muy pronto llegó la locura. De inicio Austria, ganó una vuelta que sería totalmente anecdótica, porque cuando Iuri Leitao, plata del Ómnium, abrió hostilidades para Portugal aparecieron los mejores. Sería un aviso de una tarde gloriosa para Portugal.
España empieza valiente... sin vuelta
Allí estaría Sebastián Mora rápido, que aunque no consiguió vuelta fue sumando puntos en tres finales diferentes junto a Albert Torres. Se colocó líder en el séptimo y evidenció que España venía a dar mucha guerra. Eso sí, también despertó a los mejores y provocó que Elia Viviani lanzase a Italia. Además de su fuerza en los esprints, abrió hueco rápido y solo la favorita Dinamarca pudo acelerar en contra. La tricolor, en consecuencia, sumó la vuelta a su marcador (20 puntos).
Un golpe en la mesa. De Italia, primero, y de Dinamarca, después. España sumó con Torres tras seguir al galo Boudat, pero si intentaba algo existía un marcaje férreo. En la pelea, pero sin sumar con los 20 puntos extra de la vuelta, algo diferente a Italia y Dinamarca, en cabeza de la final. Además de Japón, con la permisividad del grupo a más de 70 vueltas del final.
El drama
El contexto de carrera era más complejo si cabe. Torres y Mora ganaban esprints, figurando en los mejores puestos, pero el marcaje de los mejores rozó lo asfixiante. Entre ellas estaba los Países Bajos, que buscó un movimiento táctico rumbo a tomar vuelta. Justo antes de sumar, Nueva Zelanda y Portugal movieron ficha, rompieron el grupo y los puntos no llegaron. Sí un susto tras embestir al británico Wood, en una mala carrera de un país 'top' tradicional.
La locura no benefició a nadie. Si acaso a Italia y Dinamarca, al mando. Más Portugal, que salió con unas piernas atómicas. Y España allí sufrió el golpe más inesperado. Torres buscaba atacar cuando se encontró con la pareja belga en el suelo. El golpe fue dolorosísimo y el equipo médico impidió, desde el inicio, que reemprendiese la marcha. Ahí morían las opciones de España.
Un desenlace loco
Con Sebastián Mora en solitario fue imposible para España. Y el oro pasó a ser otra batalla diferente. En medio del caos, Portugal movió ficha y Leitao y Oliveira sumaron el sprint y 20 puntos de la vuelta. Eran líderes por sorpresa (que no por piernas) antes del sprint final con muy poca renta sobre Italia y Dinamarca.
Ya no soltarían esos puntos. Porque en el último esprint agarraron la cabeza y la fuera del oro les dio la última meta y la medalla de oro. Iuri Leitao y Rui Oliveira, campeones olímpicos. Con Elia Viviani y Simone Consonni, plata. Y bronce para Morkov y Larsen. España, sin Albert Torres se vio penalizada y en el puesto 9º.