Novak Djokovic hace tiempo que perseguía llegar a una final olímpica en la prueba individual del tenis en los Juegos. A la cuarta fue la vencida después de tres intentos fallidos en cinco participaciones.
Sueña con el oro, pero, de momento, celebra la consecución de una medalla segura para su país. Mejorará el bronce que logró en su primera cita olímpica, en Pekín 2008.
Djokovic se tumbó sobre la arena de la Philippe Chatrier tras derrotar el viernes a Lorenzo Musetti en las semifinales. Era su decimoctava victoria en unos Juegos, el que más de la historia. La celebración recordó a la de sus tres títulos en Roland Garros.
Espera el domingo Carlos Alcaraz, su verdugo en tres de los seis precedentes entre ambos, incluidas las dos últimas finales de Wimbledon. El finalista más longevo contra el más joven.
"Hacía mucho tiempo que quería competir en una final en unos Juegos Olímpicos. Representar a mi país en un evento global es un privilegio y un honor para mí. Serbia tendrá una medalla el domingo", escribía el campeón de 24 grandes en sus redes sociales.