MOTOR
Dakar

El Dakar del chef Jubany: un resultado de estrella Michelin… y sin hacer la croqueta

Nandu Jubany ha conseguido su ‘estrella’ en el Dakar: podio entre los dos ruedas motrices y top 20 entre los coches

Nandu Jubany, con su copiloto en el podio de la llegada.
Nandu Jubany, con su copiloto en el podio de la llegada.KH7
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Nandu Jubany ha sorprendido a propios y extraños. Cinco años después de su primer (y único) Dakar en moto ha vuelto para vivir una segunda-primera experiencia, al volante en esta ocasión de un buggy de MD de dos ruedas motrices (un coche en claro déficit de prestaciones respecto a los Ultimate con tracción total hasta el punto de que el primero en la clasificación terminó en la 21ª posición scratch). Y su carrera no ha podido ser más perfecta, pese a la inexperiencia. Hasta el punto de que ha terminado en un brillante 19º puesto entre los coches y un estelar segundo puesto en la categoría T1.2. “El equivalente a una estrella Michelin en este Dakar es el top 20 de coches… y un podio ya es la leche”, decía compartiendo un café con MARCA.

Para conseguir este resultado Jubany y su experimentando copiloto, Marc Solá, han aplicado una receta muy sufrida: “Hemos sido bastante constantes. Es verdad que hemos perdido tiempo dos días en un par de encalladas y un día que llegamos casi de noche, pero lo importante es que no hemos fallado mucho, ni siquiera en días en los que salíamos muy atrás. En la etapa 9 nos perdimos en un sitio que aún no entendemos y ese día si llegamos a bordarlo… hubiéramos dado la campanada. Somos muy perfeccionistas. Veníamos a terminar el Dakar y lo hemos terminado más que bien”, reconocen.

Sin 'croquetas'

Sonará raro en un chef pero nuestro objetivo era completar el Dakar sin hacer una sola ‘croqueta’ (en el argot dakariano se le denomina así a un vuelco en la arena) –al menos, fuera de la caravana–. Una vez estuvo cerca (“un ángel de la guarda nos salvó del rebozado en una duna que saltamos de lado porque teníamos problemas en la bomba de la dirección”). Eso sí, ha hecho paellas (invirtió su día de descanso en preparar varias para la delegación española en la carrera a la que se unieron muchos de los que pasaban por allí), tortillas (a petición de la televisión sa)… todo ello a costa de su tiempo libre. “Era una forma de agradecer a la gente que nos ayuda, a vosotros también, al equipo, los mecánicos, a los sponsors que nos ayudan a tirar para adelante. Es dar las gracias de una manera generosa. Es lo que sé hacer, hacer disfrutar a la gente”.

Nandu Jubany, sobre su coche.
Nandu Jubany, sobre su coche.KH7

Lo bueno es que en el Dakar también han disfrutado ellos, hasta el punto de que todo está en orden para repetir: “Haciendo pódium y de los 20 primeros… seguramente nos veremos el año que viene aquí. Si el primer día llego a hacer ya la croqueta pues igual acabo ya. Tenemos el coche, que lo hemos comprado, tenemos sponsor, repercusión… es fácil que repitamos. Además, la familia quiere que me lo pase bien. La idea es poder hacer dos o tres Dakar… o a lo que me canse”.

Experiencias vitales

Sin duda, una experiencia vital para alguien que ofrece experiencias culinarias a cada comensal que visita sus restaurantes. “La cocina la disfruto, pero es mi trabajo. El coche es mi hobby pero como las motos no hay nada...”, reconoce. En el Dakar ha habido algún pequeño sinsabor, como las etapas rápidas (“mantener el gas a 170 km/h se me hace más cuesta arriba que el del fogón”, dice), momentos de susto (“el peor es el que se nos hizo tarde que se nos fueron las luces delanteras y lo pasamos bastante mal”) y de disfrute (“a mí me gustan más las zonas técnicas y de piedras, ahí me vengo arriba, pero entonces el Marc, que es un poco el chef en el coche, me para los pies”). Pero el sabor de boca final que les queda del Dakar es… incomparable.

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