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Repetir hotel, entrar por determinadas puertas o evitar a gente antes de la carrera. Esas son algunas de las manías que tiene Fernando Alonso. El piloto es uno de los más supersticiosos de la parrilla y no lo esconde.El asturiano nunca ha tenido problema en reconocer las cábalas que hace para que la suerte juegue a su favor en cada Gran Premio.
"Sigo teniendo algunas supersticiones. Aunque ahora menos. Antes, podías hacer diferentes cosas con la ropa interior ignífuga que llevamos debajo del mono. Solíamos cortar las mangas, también los pantalones. Ahora ya no podemos hacer eso, obviamente por regulaciones", explica en un vídeo publicado por el equipo Aston Martin.
Las manías relacionadas con la equipación son algo habitual entre los deportistas, sin embargo las normas de la FIA, en su intención por salvaguardar la integridad física de los pilotos, han hecho que en la F1 sea más difícil mantenerlas. Con todo, no es la costumbre más curiosa que tiene el bicampeón del mundo.
Esquivar a ciertas personas antes de la carrera
Los días de carrera son agitados para todos en el paddock de los circuitos. La asistencia se duplica y nadie quiere quedarse sin saludar a los que unos minutos más tarde serán los protagonistas del día. Fernando Alonso lleva 20 años dentro del Gran Circo y a lo largo de ese tiempo, se ha cruzado con mucha gente y le ha pasado de todo. En este sentido, el asturiano ha encasillado, de alguna forma, a ciertas personas.
"Sigo tratando de evitar a ciertas personas que creo que me traerán mala suerte. Siempre evito a las mismas personas, porque siguen aquí 20 años después. Así que ya sabes: tengo que tener mucho cuidado. Los domingos por la mañana son muy estresantes para mí", señala el piloto. No se trata de que le caigan mal o no, sino que después de haberse parado con ellos en alguna ocasión, su día no salió bien y por ello intenta no repetirlo.
En este sentido, su superstición es tal que si no consigue evitar a esa persona que una vez le dio "mala suerte", intenta que alguien de su equipo le limpie las malas vibraciones. "Incluso cuando veo a gente en la parrilla y alguien quiere estrecharme la mano, trato de evitarlo. Si le doy la mano a alguien, trato de buscar a mi fisioterapeuta o lo que sea para que limpie esa mano de esa mala suerte y ese tipo de cosas", apunta entre risas.
Volver sobre los mismos pasos si sale bien
Sus manías van más allá del circuito. Desde siempre, si el fin de semana le va bien, el asturiano repite sus mismos pasos en ese Gran Premio al año siguiente. Entra por las mismas puertas, cena en los mismos restaurantes y trata de repetir hotel, e incluso habitación. Llegando incluso a confundir el año en el que está al despertarse en el mismo lugar.
Este mismo año, en Baréin se alojó en un hotel que conoce bien. El Ritz-Carlton acogió al piloto por cuarta vez. Las tres anteriores fueron en el 2005, 2006 y 2010, cuando el piloto consiguió subirse a lo más alto del podio. Este año no pudo repetirlo, pero si que consiguió un buen tercer puesto. Habrá que esperar a la próxima temporada para saber si considera que le dio la buena suerte suficiente y repite.