Con la diplomacia que heredó de su padre, al que no podrá igualar ya en cargo olímpico, Juan Antonio Samaranch enfiló el pasillo de salida del edificio del resort The Westin Hotel en Costa Navarino. "Cuando vi que esto se había resuelto en la primera ronda ya sabía que yo no iba a ser elegido porque a mí no me salían las cuentas en esa vuelta", confesó contrariado por el resultado, pero con la entereza del veterano dirigente que asume que en este baile de intereses podía pasar.
No hubo consuelo por ser la única alternativa lejana a la contundente victoria de Kirsty Coventry. "El resultado es contundente. Como he dicho tantas veces, si los votaban haciendo derecho a la confidencialidad de su voto, no se podían equivocar. Y el resultado ha sido muy determinante y el justo. Felicito a Kirsty y me pongo a su disposición para poder poner lo más que pueda de su programa dentro del suyo y sacar adelante este comité".
Samaranch seguirá siendo vicepresidente hasta 2026 y no piensa en más allá. "Ahora mismo no tengo fuerzas en pensar en presentarme a nada". Los 28 votos quedaron rebajados en valor por la amplia diferencia con Coventry (21). "Aquí no hay medalla de plata, el resto no hemos podido ganar. No hay ni subcampeón ni nada. Es una presidenta con muchos apoyos y es una buena manera de empezar. Yo defendía la idea de la experiencia que era la mía y ahora tenemos una mujer joven con mucha fuerza y entre todos haremos un gran proyecto, estoy seguro. Su proyecto es un grandísimo proyecto de futuro".
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