El regreso a China se ha producido casi en silencio con la presencia en el funcional club de Guangzhou de la española Rebeka Masarova, que cayó en cuartos de final, y sin un comentario sobre Shuai. Sólo sobrevuela su recuerdo y muchos enigmas a su alrededor. Algunos reportes independientes apuntan que se sintió abrumada por tanta atención mediática y ha tomado la decisión propia de alejarse de los focos y vivir una vida tranquila. Pues será así... Aunque el deseo de todos los organismos inmersos era seguramente una mayor aparición pública para darle mayor luz al hecho de estrechar lazos de nuevo.
Desde la WTA se resignan, como ya pasó en abril, a ganar la cruzada contra China, aunque hablan de avances significativos. "No hemos podido lograr todo lo que nos propusimos, pero hemos estado en o con personas cercanas a Peng y tenemos la seguridad de que vive segura con su familia en Pekín. También hemos recibido garantías de que las jugadoras y el personal de la WTA que operan en China estarán seguras y protegidas mientras estén en el país. La WTA se toma en serio este compromiso y responsabilizará a todas las partes", respondieron a este periódico en un comunicado.
"Hemos llegado a la conclusión de que nunca conseguiremos plenamente los objetivos originales y que serían nuestras jugadoras y nuestros torneos quienes, en última instancia, pagarían un precio extraordinario por sus sacrificios (como la interrupción del desarrollo de las propias tenistas chinas)". Que tampoco hay tantas ofertas para albergar eventos en países de plenas garantías democráticas. El mercado manda. "Tenemos la esperanza de que al regresar se puedan lograr más avances", concluyen.
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