PRIMERA-PLANA
REPORTAJE

"Cogeré esta pistola y le pegaré un tiro en la cabeza"

Las amenazas de muerte sacuden el mundo del deporte, una práctica que ha aumentado por el auge de las redes sociales. El último en sufrirlas es Munuera Montero.

Ilustración de MARCA
Ilustración de MARCAMAR ORTIZ
Actualizado

"Cogeré esta pistola y te pegaré un tiro en la cabeza”; “voy a ir a tu casa y asesinar a tu bebé”; “mataremos a tu mujer”. Las amenazas de muerte salpican al mundo del deporte. Basta un error deportivo, una patada, un cambio de equipo, una decisión arbitral, un gesto político o cualquier otro fleco para que el saco de odio pida paso.

Carlos Romero, futbolista del Espanyol; José Bordalás, entrenador del Getafe; Nico Harrison, mánager general de los Dallas Mavericks, o José Luis Munuera Montero, árbitro del Osasuna-Real Madrid, han sufrido recientemente la carga de los mensajes en los que se les amenaza de muerte, una práctica longeva que ha encontrado en las redes sociales un cohete.

El rendimiento deportivo es un semillero para el salvajismo. Álvaro Morata, actual delantero del Galatasaray, denunció esas amenazas de muerte durante la Eurocopa de 2021 tras el fallo de un penalti. El punto de los once metros es una excusa para el almacén de desalmados. 

Esta temporada Kai Havertz, delantero del Arsenal, falló un penalti contra el Manchester United en la FA Cup. Su esposa difundió varios mensajes recibidos: “Espero que tengas un aborto”, “Voy a ir a tu casa y asesinar a tu bebé“.

El propio Arsenal fue cobijo de otro episodio sonrojante. Granit Xhaka, ex pivote del equipo, ahora en el Bayer Leverkusen, recibió un “mataremos a tu mujer” en 2019 cuando se cuestionaba su rendimiento en el equipo que dirigía Unai Emery. 

El infierno de Karius y los árbitros

Julian Nagelsmann, actual seleccionador alemán, coleccionó 450 amenazas de muerte en 2022 cuando fue eliminado en Champions por el Villarreal cuando dirigía al Bayern Munich. “Recibo las amenazas de muerte después de cada partido. Leo la primera línea y la borro”, afirmó el entrenador.

Karius, portero del Liverpool, era una diana gigante tras su errática actuación en la final de Champions de 2018 contra el Real Madrid. El alemán itió que “si lees las publicaciones no puedes dormir durante dos días”. Su actuación terminó su carrera en la élite.

El gremio arbitral es otro feudo favorito de los intimidadores. Munuera Montero, árbitro del pasado Osasuna-Real Madrid, cerró su cuenta de Instagram ante la avalancha de misivas agresivas y salvajes entre las que había amenazas de todo tipo como 'debes temer por tus hijos'.

Karius se lamenta por el fallo en el gol de Bale.

Eder Mallo Fernández, colegiado del Nastic-Málaga de la pasada temporada, denunció amenazas de muerte tras el encuentro. En el propio vestuario se le dijeron lindezas como ‘tu hijo va a morir’.

Hace tres semanas el virus vivió un capítulo en la Premier con los mensajes al colegiado Michael Oliver tras expulsar a Myles Lewis-Skelly, del Arsenal, en el partido ante los Wolves.

Cambiar de camiseta abre otra compuerta para los despiadados. El alero Ray Allen dejó los Boston Celtics por Miami Heat con una caravana de amenazas detrás. El serbio Dusan Vlahovic era venerado en la Fiorentina hasta su marcha a la Juventus. 'Tus guardias no te salvarán la vida. Gitano, estás acabado', fueron algunas de las amenazas vertidas por los radicales fiorentinos.

Zaniolo, jugador de la Roma que expresó su deseo de irse, fue amenazado de muerte por un grupo de aficionados que se presentó en su domicilio.

La salud mental

Una amenaza de muerte puede alterar la salud mental. Ares Zamora, psicóloga deportiva, apunta cómo hay que afrontar ese problema: “Lo primero es la parte práctica. Ponerlo en conocimiento de quien corresponda. No hay que guardarse para uno mismo la angustia. Eso puede hacer que se tambalee tu estabilidad”.

En la parte psicológica “en aquellos casos en los que se llega a dudar de sí mismos, tipo, igual lo estoy haciendo tan mal que por eso me merezco estas amenazas, es importante hacer una resignificación de lo ocurrido, es decir, entender que esto no tiene nada que ver conmigo sino que tiene que ver con esas personas, con su falta de autocontrol, con su manejo de la rabia y la frustración o de los problemas personales que tengan los que hacen esas amenazas. Aunque se tenga una mala racha nadie merece ese tipo de cosas”.

Las amenazas son frustraciones mal gestionadas de otras personas; la víctima debe hacer una resignificación de lo ocurrido, no suponer que lo está haciendo tan mal que por eso merece estas amenazas. Pueden afectar a su rendimiento

Ares Zamora (Psicóloga deportiva)

La especialista incide en que también “son frustraciones mal gestionadas de otras personas. Hay que normalizar el miedo, la preocupación, se puede llegar a estar más apático y afectar al rendimiento. Las emociones responden a las amenazas, no pueden estar ajenas a ellas”.

La psicóloga concluye que “las redes sociales han aumentado estas prácticas. Como empieces a leer todo lo que dicen de ti... Hay que poner una barrera porque si no te puede descentrar de tu foco. Hay que tener claro qué es lo que no te suma nada a tu vida. Si al afectado le genera más seguridad que lo anuncie a la Prensa. Si le va a desproteger es mejor no hacerlo”.

La prensa inglesa recogió las amenazas a Pickford
La prensa inglesa recogió las amenazas a Pickford

Existe una sopa de desencadenantes para justificar el lado sucio de los mensajes. El portero Jordan Pickford, titular del Everton y de Inglaterra, contrató guardaespaldas para él y su familia después de que una acción suya rompiera la rodilla de Van Dijk en 2020 durante el derbi de Liverpool. La parte más primitiva de la afición del Leicester City eligió a Vardy como uno de los culpables del despido del entrenador Claudio Ranieri, guía del equipo hacia el título de la Premier en 2016.

José Bordalás, entrenador del Getafe, anunció “la pertinente denuncia ante la Policía” de las amenazas de muerte recibidas tras el último empate (1-1) ante el Barcelona. En uno de los mensajes se podía leer: “A tus hijos ya les buscaremos, ya”. El técnico manifestó el deseo de “que esto no me vuelva a ocurrir ni a mí ni a absolutamente nadie”.

Manolo González, entrenador del Espanyol, denunció ante la Prensa los mensajes de violencia que estaba recibiendo su jugador Carlos Romero tras la entrada a Mbappé en el partido contra el Real Madrid.

El arma de LeBron James

El traspaso de Luka Doncic desde Dallas Mavericks a Los Angeles Lakers ha provocado un volcán de reacciones en las partes implicadas. Nico Harrison, mánager general de los Mavericks, ha sido el principal foco de ira de los más fanáticos de su equipo. El club ha desplegado un sistema de seguridad para el directivo en el interior del pabellón y el implicado ha reforzado la vigilancia en su residencia.

Más salvaje fue el episodio que vivió LeBron James en 2021. Desde una cuenta (witness.kevin.durant) se publicó un mensaje estremecedor que acompañaba a la foto de una pistola y unas balas: “El jueves 19 de febrero iré al partido Nets-Lakers. Cogeré esta pistola y dispararé a @kingjames en la cabeza durante un tiempo muerto”. Tras la repercusión, el autor defendió que se trataba de una broma.

LeBron y la amenaza de muerte que sufrió
LeBron y la amenaza de muerte que sufrió

En la sede del St. Pauli se recibió en 2022 una carta anónima titulada 'Salva la Liga, salvad el fútbol, muerte a los sucios cerdos bávaros'. Los nominados eran los futbolistas del Bayern Lewandowski, Neuer y Gnabry.

Asuntos sociales o políticos

Asuntos sociales o políticos no son ajenos a la barbarie. Marta Xargay, exjugadora de baloncesto y esposa de la estrella de la WNBA, Breanna Stewart, recibió el año pasado un correo con insultos homófobos y amenazas de muerte.

Jenni Hermoso declaró en el reciente juicio sobre el beso de Rubiales que las amenazas de muerte que padeció le hicieron “sentir miedo. Nos fuimos de Madrid. Era insostenible”.

Colin Kaepernick, jugador de los 49ers de la NFL, fue el protagonista del acoso recibido en 2016 por protestar contra el racismo y la opresión policial en Estados Unidos. El deportista decidió sentarse cuando sonaba el himno del país, gesto que disparó la ira de grupos violentos.

Otro astro de los Celtics, Paul Pierce, desveló que llevaba siempre una pistola por las amenazas que recibía a diario.

Jenni Hermoso declara en el juicio a Rubiales.

El Código Penal español

El delito de amenazas está incluido en el Código Penal español en los artículos 169, 170 y 171, aunque es sobre todo el primero de ellos el que regula las de muerte. En el caso de una amenaza de muerte se distingue si va seguida de una imposición de condiciones y exigencias (de 1 a 5 años de prisión) o si es sin condiciones (de 6 meses a dos años).

Navia López Martin, letrada senior del Bufete Vilches Abogados, estima que ante una amenaza de muerte “lo importante es ponerla en conocimiento de las autoridades. Al final se útilizan las redes sociales como escudo para llegar a manifestar prácticamente lo que se quiere, incluso amenazas e insultos y lo importante es perseguirlo para que tenga las repercusiones legales necesarias”.

Lo que dice la legislación española

Artículo 169. El que amenazare a otro con causarle a él, a su familia o a otras personas con las que esté intimamente vinculado un mal que constituya delitos de homicidio, lesiones, aborto, contra la libertad, torturas y contra la integridad moral, la libertad sexual, la intimidad, el honor, el patrimonio y el orden socioeconómico, será castigado:

  1. Con la pena de prisión de uno a cinco años, si se hubiere hecho la amenaza exigiendo una cantidad o imponiendo cualquier otra condición, aunque no sea ilícita, y el culpable hubiere conseguido su propósito. De no conseguirlo, se impondrá la pena de prisión de seis meses a tres año. 
    Las penas señaladas en el párrafo anterior se impondrán en su mitad superior si las amenazas se hicieren por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o de reproducción, o en nombre de entidades o grupos reales o supuestos. 
    2. Con la prisión de seis meses a dos años, cuando la amenaza no haya sido condicional. 

López Martín ite el aumento de estos casos por las redes sociales porque “las personas se escudan ahí para insultar, amenazar y vertir opiniones que no siempre serán amparadas en el derecho a la libertad de expresión o cualquier otro derecho y cada vez más la gente denuncia estos hechos, pues el realizarlos a través de las redes, y por tanto que sean publicas, incluso puede llegar a ser considerado un agravante según qué tipo de delito se haya cometido”.

El Código penal español no está actualizado a las nuevas tecnologías y a las redes sociales y las penas podrían ser más altas; el reproche penal no es suficiente

Navia López Martín (Letrada senior del Bufete Vilches Abogados)

Sobre el origen anónimo o el perfil falso del amenazante, la letrada aclara que “influye en cuanto a la determinación del autor del delito, ante un mensaje anónimo o un perfil falso se tendrá que investigar a quién corresponde realmente dicho perfil, o la IP desde la que se han producido las acciones ilícitas”.

Romero golpea por detrás a Mbappé en el Espanyol-Real Madrid.
Romero golpea por detrás a Mbappé en el Espanyol-Real Madrid.REALMADRID.COM

La letrada argumenta que el actual Código penal “no esta actualizado a las nuevas tecnologías y a las redes sociales y las penas podrían ser más altas pues al final normalmente las amenazas o vejaciones vertidas revisten de gravedad y el reproche penal no es suficiente como para evitar que se sigan produciendo”.

Un deportista, un reclamo

López Martín revela que ser deportista es un reclamo como “podemos ver a través de las redes sociales cuando se les insulta por no jugar bien un partido o no desempeñar el deporte en cuestión conforme a lo que el publico espera o cree que es lo mejor, lo cual genera esa ira y odio dentro de los seguidores y generan precisamente comentarios despectivos, insultos e incluso amenazas. Al estar expuestos públicamente sí que las posibilidades de poder recibir las amenazas incrementan”.

Hay más variantes en los destinatarios. La presencia de la boxeadora argelina intergénero Imane Khelif en los Juegos de París desembocó en amenazas sobre Kristy Burrows, responsable del COI, por haberla defendido.

La boxeadora argelina fue recibida en el aeropuerto de Argel.

El Valencia denunció a la Policía en 2022 las amenazas que sufrió su anterior presidente, Anil Murthy. Una situación similar soportó en 2023 Jeanie Buss, la propietaria de los Lakers.

Una nueva página en el guion se escribe en el tenis. Las jugadoras Caroline García, Iga Swiatek y Jessica Pegula fueron colocadas en la diana por perder sus encuentros en el US Open, algo que se atribuye al odio provocado en los apostadores. 

El ministerio del Interior no dispone de un calculo específico para las amenazas de muerte. Según un informe ministerial, los delitos de odio crecieron un 21% en 2023, de ellos 433 correspondieron a amenazas. 

La FIFA ha creado un Servicio de Protección de las Redes Sociales.

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