Estábamos ayer en medio de La Tribu haciendo la previa de la jornada Champions para Real Madrid, Real Sociedad y Sevilla. Ricardo Rosety, de visita en el estudio Juanma Gozalo, recibe una notificación en su móvil. Era alguien de prensa del Barça que anunciaba oficialmente los cambios en la convocatoria para el partido frente al Amberes. Había una lista previa en la que no figuraban, por diferentes motivos, ni Araújo, apercibido, ni Lewandowski, ni Gundogan. Tampoco De Jong que ha sido padre recientemente. Nada raro teniendo en cuenta que el Barça va a ser líder de grupo y el objetivo ya está más que cumplido.
En esa corrección se incluyen a los tres jugadores a los que previamente se había concedido descanso. Pasajeros al chárter.
¿La razón? Que el aeropuerto de Amberes cierra por la noche por motivos medioambientales y obliga a la expedición azulgrana a pernoctar en Bélgica y regresar el jueves por la mañana. Eso, por lo visto, alteraría demasiado el plan de trabajo semanal y la preparación del partido frente al Valencia del fin de semana.
No se que me extraña más, que esta sea una razón de peso o que se enterasen de los problemas logísticos minutos antes de desplazarse hasta el Prat. En ambos caso me parece que deja en mal lugar a la entidad.
Pero como todo en Can Barça es susceptible de empeorar pues empeoró. Murphy es culé. Los compañeros de RAC-1 desvelaron que fue el presidente Laporta el que exigió la presencia de estos futbolistas en la lista independientemente de lo que había pensado inicialmente Xavi. Una intromisión inédita que deja en muy mal lugar al técnico, muy tocado por los malos resultados y por las peores explicaciones que ayer, por cierto, tampoco mejoraron al analizar con mayor pausa la derrota frente al Girona. Detalles decisivos en las áreas, dijo.
El caso es que se empieza por ceder en cómo preparar un partido y se acaba en el INEM. Si Laporta convoca, Xavi ya no pinta nada.
