Hubo un momento, a principios del 2025, en el que el Real Madrid se las prometía muy felices en LaLiga EA Sports. Empezó la temporada siendo el clarísimo favorito para revalidar el título de campeón y tras superar un principio ciertamente dubitativo, el equipo se fue entonando, aprovechando también el irregular momento de Atlético de Madrid y Barcelona. Y así fue como, tras la jornada 21, el equipo de Ancelotti pareció tener el campeonato casi en el bolsillo. La victoria en el Estadio de Zorrilla ante el Valladolid (0-3), dejó al conjunto blanco con una distancia que parecía insalvable para rojiblancos y culés. Pero, cosas del fútbol, un bajón merengue exprimió la Liga en poco menos de un mes hasta el punto de perder toda su distancia.
Exhibición en Pucela
Nadie lo sabía, pero aquel día fue el principio del fin para el Real Madrid de Carlo Ancelotti en el campeonato doméstico. Ni en las peores pesadillas, ningún aficionado del equipo blanco podía presagiar lo que estaba a punto de suceder. Pese a que el juego nunca llegó a ser brillante, aquel día ante el Valladolid, el equipo rozó la excelencia. Fruto de ello, rápidamente solventó el encuentro gracias a un Mbappé estelar. El francés, ya totalmente integrado, "destrozó" al equipo vallisoletano con un hat-trick, el primero con la camiseta del 15 veces campeón de Europa. Con aquellos tres puntos, los de Ancelotti cerraron la jornada 21 con cuatro puntos de ventaja respecto al Atlético de Madrid, que no pudo pasar del empate ante el Villarreal, y siete más que el Barcelona, pese a que esa jornada goleó al Valencia (7-1),
Dos puntos de nueve
Sin embargo, tras aquella victoria, llegó la debacle. Con la mayor ventaja de la temporada llegaba el equipo a Cornellá. Un día marcado, más allá de la poca efectividad de los delanteros blancos, por la polémica arbitral y aquella entrada de Carlos Romero sobre Kylian. Para colmo, el propio jugador perico fue el autor del tanto de la victoria casi en el descuento. Ese día, no solo se dejó tres puntos, si no que fue el comienzo de una larga e intensa guerra contra los árbitros con un durísimo comunicado emitido por el club merengue.
Tras aquella derrota, llegaron los encuentros ante el Atlético de Madrid, en el Santiago Bernabéu y Osasuna fuera de casa. Por el contrario, más allá de calmar las aguas, los dos encuentros sirvieron para acrecentar aún más un enfado madridista que fue a más tras las acciones arbitrales, decisivas en ambos partidos. Ante los navarros, cuando el equipo blanco ya estaba por delante, se produjo aquella la acción entre Bellingham y Munuera Montero, colegiado del partido, que acabó con la expulsión del inglés por, según el árbitro, decirle "Fuck you". Algo que trajo mucha cola durante las semanas siguientes. Ya con 0-1 y un jugador menos, Osasuna empataría el encuentro tras un penalti cometido por Camavinga sobre Budimir. Una acción que cabreó al madridismo por lo que hemos conocido este año como "acción residual". Sin embargo, el colegiado señaló los 11 metros. Una situación demasiado tensa que ya venía precedida de lo que había sucedido en el derbi madrileño.
Aquel día, una acción, de nuevo arbitral, cambiaría el rumbo del partido. Un penalti sobre Lino cometido por Tchouameni puso por delante a los rojiblancos, a lo que solamente pudo responder el equipo madridista gracias a un gol de Mbappé. En total, siete puntos que se escaparon en tres jornadas. Números que hicieron al equipo dirigido por el técnico italiano, perder toda su ventaja.
Irregular final de temporada
A partir de ahí, comenzaba un nuevo campeonato de 14 jornadas. Un sprint final del que rápidamente se descolgó el equipo de Ancelotti. En este último tramo, las derrotas ante el Betis (2-1) y sobre todo, Valencia en el Santiago Bernabéu (1-2), complicaron una liga que se decantó en el último Clásico, en el que los blaugranas se acabaron imponiendo por 4-3. Este triunfo dejó en bandeja un título que se ha terminado confirmando ya de manera matemática para un equipo, el de Flick que ha sido un digno merecedor del campeonato.
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