Ibon Navarro, entrenador del Unicaja, llegó al vestuario con chanclas, pantalón corto y camiseta. Sabía por experiencia lo que le esperaba. Acabó remojado, pero con el traje guardado.
Camino del vestuario, el técnico vitoriano ya iba advirtiendo a los responsables de prensa del conjunto malagueño. "La experiencia es un grado. A mí no me vuelven a joder el traje, estos hijos de puta", bromeó sobre sus jugadores.
Y acertó. En el vestuario, a Navarro le cayó la correspondiente ducha para celebrar el título de Copa. Con lo ha ganado en las últimas temporadas, ya sabe por lo menos que tiene que cambiarse antes.
Comentarios