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Hace dos temporadas la pandemia hizo saltar la NBA por los aires. Nada fue normal, y en un ambiente extraño en DisneyWorld, en Orlando, los jugadores pelearon por un anillo desdibujado. Aunque hubo algunas, como Jamal Murray (Canadá, 1997) que se convirtieron en estrellas. Un anotador total, destinado a grandes cosas... Que poco más de un año después caía lesionado de gravedad. Volvía este curso, y ante los Blazers protagonizó una de las imágenes del año.
Murray es uno de esos productos del circuito formativo de las Américas que desde sus primeros pasos está destinado al estrellato. Su madre nació en Siria, pero junto a su padre se afincaron en Canadá. Con 6 años jugaba ante chicos de 10, y desde las primeras valoraciones fue considerado un jugador '5 estrellas'. Participó en los principales torneos, como el Nike Hoop Summit o la LeBron James Academy, y en la NBA no tardó en impactar.
Sus mejores momentos coincidieron con la burbuja, dónde pasó de ser un talento a una estrella. Los Nuggets le necesitaban y en aquel extraño torneo emergió con 26,5 puntos de media en los 19 partidos que duró su aventura, además de 6,6 asistencias y 4,8 rebotes. Sus porcentajes de tiro, con 50,5% TC y 45,3% desde el triple atestiguan la heroicidad. Incluyó al menos 40 puntos en tres partidos de eliminación drecta. Nadie en la historia lo había logrado.
Resurgir de las cenizas
Pero el baloncesto, en muchas ocasiones, es impredecible y su condición estelar se cayó en el pasado curso. Una grave lesión de rodilla le hizo quedarse fuera de juego. El 'Arquero Azul' reiniciaba su carrera. Y debía, como en aquella Burbuja, trabajar para volver a ser un referente.
Le costó, pues, aunque mejora sus prestaciones semana tras semana, el ritmo sigue siendo difícil de alcanzar. Pero ante los Portland Trail Blazers sacó la varita mágica. Con 118-120 en el marcador recibió el balón a unos 4 segundos del final. Se quedó con Grant -más alto y defensor- y realiza un 'crossover' en su cara. Va hacia la esquina y lanza el triple que entra a menos de un segundo para la bocina. Partido. Jamal reclama los focos. Ha vuelto.
"Me daba igual dos o tres puntos. Quería que la bola entrase. No teníamos mucho tiempo y no fue mi tiro perfecto. Tuve la oportunidad y lo hice", señaló tras la canasta. Su alegría significa vuelta al estrellato. Se lo ha ganado. Jamal Murray pide paso.
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