El protocolo Covid-19 que la Federación Internacional de Balonmano (IHF) pretende aplicar durante la disputa del Mundial masculino en Polonia y Suecia ha desatado críticas entre algunos jugadores y técnicos participantes. La IHF, escarmentada por las condiciones en que se disputaron el Mundial 2021 en Egipto, y sobre todo el Europeo masculino hace un año en Dinamarca, en plena octava ola, propugna medidas de control que ya se aplicaron en esas competiciones.
Todos los participantes deben pasar controles PCR al inicio del Mundial, al final de cada una de sus fases y si alguien presenta síntomas durante la competición. Si un jugador diera positivo por Covid-19 en algún momento, debería guardar cuarentena y quedar aislado del resto del equipo durante cinco días y luego someterse a otro test para recibir el alta. Por lo general, también se restringen los os con los aficionados.
Algunas selecciones ya ha registrado casos, como la de Dinamarca, cuyo jugador Simon Pytlick dio positivo en un test,, así como el jugador Jorn Smits, de Países Bajos, y tres más de su cuerpo técnico, todos ellos sin mostrar síntomas. Estas precauciones no han sido bien acogidas por un sectior de los participantes. El entrenador ayudante de la selección sueca, Michael Apelgren, se quejó de que "no podamos firmar autógrafos y tomarnos fotos con niños y jóvenes cuando es un Mundial en casa".
Pero quien ha ido más lejos con sus críticas es el portero de la selección islandesa Bjorgvin Paull Gustavsson, que ha enviado una carta a la IHF en la que cuestiona la legalidad de ese protocolo, que va más allá de las medidas anti-Covid en vigor tanto en Polonia como en Suecia. El jugador islandés argumenta que cualquier cuarentena iría "en contra de la protección de la privacidad y de la libertad de trabajo", argumento empleado en los inicios de la pandemia por los negacionistas de la enfermedad. Gustavsson advierte a la IHF que cualquier jugador estaría en su derecho de rechazar someterse a un test o quebrar el aislamiento en caso de haberse contagiado, y recuerda "el trauma sufrido en el último torneo (Europeo 2022) está muy presente en los jugadores y todavía les inquieta más que el Covid".
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