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A estas alturas cualquiera que tenga coche, o por lo menos que haya repostado en alguna ocasión, sabe que está prohibido utilizar el teléfono en las gasolineras. La prohibición puede llamar la atención en un momento en el que los teléfonos se pueden emplear en los aviones, aunque en 'modo avión'. Y también si tenemos en cuenta que en muchos países esta prohibición en las estaciones de servicio no existe. Entonces, ¿por qué sí que nos dejan cogerlo para pagar el combustible?
Reglamento General de Circulación
La prohibición de hacer uso del móvil aparece en el artículo 115 del Reglamento General de Circulación, y lo que especifica es que todo aparato que emita radiación electromagnética, como sucede con los teléfonos móviles, deben estar apagados no en toda la gasolinera, sino durante la fase de repostaje. Esto es así porque las llamadas pueden producir pequeñas chispas que resulten imperceptibles para nosotros, pero que en o con los vapores que emite la gasolina (vapores que pueden introducirse dentro de tu teléfono) pueden provocar una explosión que resultaría peligrosísima para nosotros o incluso para el resto de s de la gasolinera.
Ahora bien, el hecho de que estén apagados se debe dar si estamos usándolo junto al surtidor, pero no si lo hemos dejado en el interior de nuestro vehículo con las ventanillas subidas.
Aunque incumplir esta norma podría acarrear multas de entre 100 y 200 euros, la realidad es que la DGT afirma no haber sancionado nunca a nadie por ello. Lo cual significa que no vigila esta infracción. Así que, en la práctica, corresponde al personal de la gasolinera la tarea de pedirnos por favor (más no pueden hacer) que no hablemos por teléfono, si es que lo estamos haciendo. Lo cual unos acatarán y otros no en función del grado de educación que cada cual tenga.
Pagar es 'otra cosa'
Pero si en principio el móvil es un peligro, ¿por qué podemos usarlo para pagar? La respuesta está en que la restricción de su uso solo se aplica a la cercanía de los surtidores, ya que los vapores de la gasolina se concentran alrededor del surtidor pero no van más allá. Es decir, que podríamos usarlo para hablar si vamos al servicio o estamos en la tienda de la gasolinera.
Así que solo nos falta por saber una duda: ¿a qué distancia concreta deja de considerarse que estamos cerca del surtidor? Nada dice la norma al respecto, así que podríamos pensar que una vez que nos hemos alejado tres o cuatro metros del coche o surtidor para pagar el repostaje ya lo podríamos emplear.