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Raúl González está en el sitio en el que quiere estar. Es feliz en el Real Madrid y entrenando al Castilla. Al menos por ahora.
Decimos esto porque en los últimos días recibió una nueva propuesta del Schalke 04, el que fuera su club después de dejar la disciplina de la entidad madridista, para convertirse en el entrenador del equipo alemán, club que no termina de encontrar el rumbo ni el pulso a la competición. La propuesta fue rechazada por Raúl.
El compromiso que tiene con el Real Madrid no le invita a pensar en aventuras. Su cabeza está en seguir formando a los jugadores y pensar en la posibilidad de que el primer filial blanco de el salto a la Liga Smartbank.
Ya ha habido otros os
El Schalke regresó esta temporada a la Bundesliga tras el descenso de la campaña anterior. En la actualidad ocupa la última posición de la clasificación y ya con Thomas Reis en el banquillo. El siete madridista no creyó que fuera el momento adecuado para dar el salto y decidió continuar como entrenador del Castilla.
No es la primera vez que desde Gelsenkirchen se acuerdan de Raúl. En la temporada en la que se consumó el descenso (20-21) ya intentaron buscar el revulsivo con la presencia del madridista, futbolista que militó durante tres temporadas en el Schalke y en la que llegaron a alcanzar las semifinales de la Champions por primera vez en su historia, además de ganar la Copa alemana.
Todo un ídolo
Raúl se marchó como un héroe del Schalke, por el compromiso y profesionalidad mostrada durante su estancia. Tanto es que la camiseta del equipo con el número 7 fue retirada, pasando a formar parte de las leyendas del club alemán. El respeto y iración hacia el que fuera capitán blanco es absoluto. Devoción.
El exdelantero del primer equipo blanco está completamente identificado con lo que hace. Se siente entrenador. Le gusta, como también lo de educar y formar los talentos del filial madridista. Tiene el ambiente ideal para trabajar en la que es su cuarta temporada en el banquillo del Castilla.
Al final de la temporada será el momento de analizar y decidir. Está en su casa y se identifica con lo que hace, con el club, así como con el trabajo de Ancelotti, con el que mantiene un diálogo constante.
