La Federación de Rugby de Nueva Zelanda ha pedido oficialmente a World Rugby, el organismo rector del rugby mundial, una explicación acerca del arbitraje de la final del Mundial 2021, que los All Blacks disputaron ante Sudáfrica y perdieron por 12-11.
En esa final, que dirigió el árbitro inglés Wayne Barnes, se produjeron varias jugadas polémicas. A Nueva Zelanda se le anuló un ensayo de Aaron Smith por un avant en la touche previa, en la banda opuesta a donde se logró el ensayo. Pero fundamentalmente, la polémica se refiere a las tarjetas amarillas al neozelandés Sam Cane y al sudafricano Siya Kolisi. El primero recibió expulsión temporal por realizar un placaje alto pero, tras revisión televisiva, su tarjeta pasó a ser roja, quedando Nueva Zelanda con 14 jugadores durante más de la mitad del partido.
Posteriormente el capitán sudafricano, Siya Kolisi, recibió también amarilla por lo que pareció ser una acción similar, de placaje alto con o del hombro con la cabeza de Ardie Savea. Sin embargo, en su caso la amarilla no pasó a roja y pudo volver al campo tras 10 minutos de expulsion temporal.
Ian Foster, seleccionador neozelandés, que deja su cargo después del Mundial, anunció la petición neozelandesa, aunque sin dar detalles sobre si se había hecho alguna reclamación concreta.
Foster será sustituido por Scott Robertson, Wayne Barnes ha anunciado también su retirada del arbitraje tras la final, y ha denunciado haber sufrido incluso amenazas de muerte.
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