Después de 20 años en la selección, Rudy Fernández disputó en los Juegos su último partido como internacional y también el de su carrera. En el vestuario, después de la derrota ante Canadá que supuso la eliminación, el capitán dejó un emotivo discurso.
"Que no me retiro", empezó bromeando mientras todo el equipo y el cuerpo técnico hacía una piña en el vestuario. "Me siento muy orgulloso de haber vivido esta experiencia. Quería daros las gracias porque la promesa que le hice a mi padre se ha cumplido gracias a vosotros", dijo sobre sus sextos Juegos, una cifra récord en el baloncesto masculino.
"Quiero que tengáis la cabeza bien alta porque habéis luchado y habéis competido en un grupo muy complicado", valoró el capitán, que se despidió de la selección con 266 encuentros internacionales y 11 medallas (dos platas y un bronce olímpicos, dos oros mundiales, cuatro oros europeos, una plata y un bronce), además de ser el único jugador que ha tenido presencia en todos los títulos de la selección.
Lo máximo para un deportista
Rudy dejó claro que a partir de ahora será un aficionado más de la selección y espera que los jugadores lo den todo: "Desde la grada, os estaré animando y espero que tengáis el mismo compromiso que he tenido yo con esta camiseta, porque representar esta camiseta es lo máximo que tiene un deportista. Y, sobre todo, dejadla lo más arriba posible y luchadlo como habéis hecho en este campeonato. ¿Vale?".
Como capitán y padre de 'La Familia', se despidió con un "os quiero mucho a todos" antes de que todo el grupo hiciera el ya clásico grito de "¡Muro!". El último en el que participó un Rudy legendario.
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