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Una cosa es ser un defensor a ultranza de Tesla (y de todo lo que hace Elon Musk), y otra muy distinta ponerse en peligro a uno mismo y a los demás por una pura cuestión de ignorancia y excesivo atrevimiento.
El caso que se ha visto en Estados Unidos pertenece este última tipología, aunque por suerte no tenemos constancia de que haya acabado en accidente. Ha sucedido cuando el propietario de un Tesla Model 3 ha cubierto el parabrisas y las lunas laterales para que el sol no le moleste mientras el coche se las apaña para conducir solo. Tal vez porque lo que prefería en ese momento era echarse una siesta.
Es cierto que el Tesla equipa el control de velocidad Autopilot que se adapta a la velocidad del vehículo precedente y acelera por sí solo hasta la velocidad programada cuando no hay ningún obstáculo delante. Incluso en los modelos de última generación es capaz de reconocer los semáforos o señales de tráfico y actuar en consecuencia, allí donde ello esté permitido.
Sin embargo no se trata de un sistema autónomo completo y Tesla se vio obligada a incorporar sistemas de avisos ante la obligatoriedad de que el conductor mantenga tanto las manos en el volante como la vista puesta en la carretera. Es decir, que no es un coche con sistema de conducción autónoma de nivel 4, sino de nivel 2. Y, por tanto, lo que hace su conductor (o conductora) es una auténtica locura.
Adelantando por la derecha
En el vídeo, publicado en Reddit, se ve cómo el coche viene por el carril central de una autopista de California con mucho tráfico y en un momento dado pone el intermitente para adelantar por la derecha a un Toyota Prius. Y, luego de incorporarse de nuevo al carril central, rebasa al coche desde el que es grabado, dejando constancia de que además de la luna delantera con un parasol también ha tapado las ventanillas laterales con periódicos.
Según se comenta en redes sociales, los autores de la grabación se pusieron en o con las autoridades y les enviaron el vídeo para que tomaran medidas contra su conductor. Es decir, que si llegó sano y salvo a su destino, por lo menos tardaría poco en encontrarse con el susto de una cuantiosa multa.