Laura Ester, campeona olímpica de waterpolo en París 2024,atiende a MARCA desde la estación de Atocha. Son las 12:55 y su tren a Barcelona debería salir en dos minutos pero de momento no tiene noticias de a qué hora lo hará. "Al llegar me he encontrado el caos. Está todo colapsado. En todas las rampas de la estación hay policías controlando la hora de tu billete para dejarte entrar, en la zona de los controles de la planta 1 había muchísima gente empujando porque se pone nerviosa. Y un calor... Al final, han habilitado una entrada para la gente que teníamos billetes hasta las 13:00 horas de hoy", explica. Es uno de los miles de españoles afectados por el apagón de ayer.
Al llegar a Atocha esta mañana me he encontrado el caos, está todo colapsado
La conversación se interrumpe un par de veces para preguntar si se sabe algo de su tren. La portera, una de las mejores jugadoras que ha dado el waterpolo nacional y con un palmarés en el que también hay oro mundial y dos oros europeos, relata a MARCA el caos que vivió el día anterior cuando el apagón la pilló de camino a Albacete y fue una de las tantas personas atrapadas. Había cogido un AVE a las 11:45. Iba allí a entregar un premio en una gala deportiva. Su plan inicial era volver hoy por la mañana a Madrid y desde aquí, coger un AVE (12:57 horas) a Barcelona, a su casa. "A los tres cuartos de hora se paró entre Tarancón y Cuenca, en medio de la nada. Pensé que era porque iba a pasar otro tren, como otras veces, o porque ya nos estábamos acercando a Cuenca. Justo me escribió mi novio y me dijo que en Madrid se había ido la luz. Después conseguí ar con mi familia como pude, porque apenas tenía cobertura, y me dijeron que en Barcelona también", recuerda.
En la cafetería se acabó la comida, los lavabos estaban atascados...
"Fue un poco caos. Hacía calor y la gente pedía que abriesen las puertas pero era peligroso porque había bastante pendiente de piedras desde la vía y nadie podía bajarse. Por suerte, a la media hora vino un coche de la Guardia Civil, que veíamos al otro lado de la valla de la vía, y eso te tranquiliza. Estuvimos seis horas en el tren. En la cafetería se había acabado la comida, por suerte conseguí unas patatas y aceitunas. Los lavabos estaban atascados y la Guardia Civil logró abrir la puerta de un vagón y un trozo de valla para que pudiésemos salir a hacer nuestras necesidades tras unos setos", explica. La catalana es uno de los miles de afectados ayer por el apagón en pleno viaje.
La Guardia Civil logró abrir la puerta de un vagón y un trozo de valla para que pudiésemos salir a hacer nuestras necesidades tras unos setos
Trasladados a un pabellón en Tarancón
Cuando llegaron los suficientes refuerzos, empezaron a desalojar primero a los niños y a la gente mayor. "A las 18:45 tocó a mi vagón, la Guardia Civil y coches del Ayuntamiento de Tarancón nos recogieron y nos llevaron a un pabellón, donde nos dieron de comida, bebida, mantas y pusieron un generador para que hubiese electricidad y la gente pudiese cargar móviles. Sacaron sillas de plástico para que nos sentásemos y colchonetas para la gente mayor y los niños. Así que dentro de lo malo, tuve suerte. Montaron mesas con pan bimbo y embutido y la gente se pudo a hacer bocadillos", explica, destacando la solidaridad de los habitantes de Tarancón.
Nos llevaron a un pabellón en Tarancón, donde nos dieron de comida, bebida, mantas y pusieron un generador... dentro de lo malo, tuve suerte
Laura se había quedado sin cobertura desde que salió del tren y apenas tenía batería. Estaba a una hora de Madrid pero no podía avisar a nadie. El tiempo pasaba lento. "Para una vez que no llevo el libro en un viaje y me traigo la tablet...", dice. Pudo cargar el móvil en el pabellón gracias a la batería externa de otro viajero. Estuvo sentada bastante tiempo en una silla con una manta encima porque en el pabellón hacía frío y una de las veces que se levantó porque ya no sabía cómo ponerse vio que de repente tenía 4G. "Casi lloro", confiesa sonriendo. Llamó a su novio, le dijo dónde estaba y él fue a recogerla desde Madrid. "Al final llegué a las 3 a Madrid. No he sido de las peor paradas porque hubo mucha gente que se tuvo que quedar en el pabellón a pasar la noche", asegura sintiéndose afortunada.
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