Puesto a ser subcampeón, Zuhaitz Gurrutxaga aparece segundo en la portada de su propio libro. En las últimas páginas, en todo caso, se alude a la cuestión.
- "No sabíamos cómo acabarlo y se nos ocurrió eso".
- "Hay una coña, pero es mejor que no la desvelemos".
- "Aunque no podía ser de otra manera. Acabar el libro como campeón nos lo hubiera destrozado".
Lo cuentan el propio Zuhaitz, exfutbolista de Primera, y Ander Izagirre, escritor de primera, en reportaje de Primera Plana que comienza con sesión fotográfica en Donosti y que concluye con videollamada desde Madrid. Hoy es 30 de octubre, así que Libros del K.O. publica 'Subcampeón'.
"Lo digo aunque esté delante Zuhaitz: para mí fue un regalo maravilloso. Yo tenía otros proyectos para este año, pero él me escribió en diciembre del 22, o sea que ha sido un libro rápido, quedamos en un bar, me habló durante tres horas y me dejó con la boca abierta. Cambié todos mis planes porque me di cuenta de que era una historia extraordinaria. Me siento muy afortunado de que me haya dejado jugar con su balón", cuenta a modo de prólogo Ander, reciente ganador del premio Euskadi de ensayo con su 'Vuelta al país de Elkano', para añadir a un currículo en el que también luce el premio MARCA de literatura deportiva 2004, con 'Plomo en los bolsillos'
"Llevaba unos años con el monólogo sobre mi vida futbolística y veía que funcionaba, pero también que había muchas otras cosas que quería contar y no me daba tiempo [90 minutos dura un partido, 90 minutos duran sus funciones]. Pensé en un libro, pero son palabras mayores porque no quería estropear lo que creía era una historia interesante por ir yo de escritor. Tenía que hacerlo con alguien y Ander fue mi primera opción. No lo conocía, pero he leído casi todo lo que ha escrito. Lo que no esperaba era que tuviera tiempo y ganas. Que le interesara. La verdad es que trabajé bien aquella reunión y efectivamente no le dejé hablar. Accedió... y aquí estamos", completa Zuhaitz, que en el espectáculo citado trata su paso por la máxima categoría y el trastorno obsesivo compulsivo que padeció. "La diferencia es que si en mi monólogo funcionaban las cosas, Ander lo ha sublimado. Cuando han pasado por sus manos, las historias o los chistes han mejorado muchísimo", añade.
Ha sido un regalo maravilloso: cambié todos mis planes porque me di cuenta de que era una historia extraordinaria
"El libro como formato tiene ventajas. Tienes más calma y más espacio para reflexiones interesantes y para alternar mucho los tonos. Una de las cosas que me maravilló de la exposición de Zuhaitz fue su capacidad para combinar historias muy trágicas con golpes cómicos. Desde el primer capìtulo queríamos marcar un poco eso: vamos a contar cosas muy serias, pero va a ser un libro divertido. Zuhaitz lo pasó muy mal, como verá cualquiera que lo lea, pero esa capacidad suya para reírse es seguramente la que le ha salvado, la que le ha dado distancia", introduce Izagirre. "Es la primera vez que escribo un libro con otra persona. Soy maniático, supongo que como cualquier otro escritor, y pensaba que nunca permitiría que otra mano se pusiera en mi teclado, pero ha sido muy fácil. Empezábamos con textos suyos, en los que iba contando capítulo a capítulo toda su vida, teníamos reuniones en las que profundizábamos en escenas y yo escribía una primera versión que le pasaba y él retocaba. Una cosa quiero decir: me dio una confianza extraordinaria. Yo me sentía libre de escribir como si él no existiera, aunque el libro es Zuhaitz en primera persona y tiene que estar conforme con lo que dice", insiste.
La conversación fluye. "Lo que más me preocupaba es que hay nombres reales, excompañeros, entrenadores, y según los códigos del fútbol y seguramente de la vida yo no me siento cómodo hablando mal de ellos o haciendo una broma que les pueda molestar. A veces un personaje daba para un chiste fenomenal, pero yo tenía dudas y un poco coartaba a Ander, 'vamos a suavizar', por mantener ese código de cuidarnos entre nosotros", subraya 'Gurru', para el que conseguir sus metas fue en su día un modo de dañarse: "Estoy muy orgulloso de haber cumplido mi sueño de jugar en la Real, por eso la primera presentación la vamos a hacer en Anoeta con ayuda del club, y espero que ningún aficionado malinterprete mis palabras porque ha sido y es mi equipo, y porque el problema no era el club, sino que yo estaba allí... pero sí: cumpli mis sueños y aquello destrozó mi vida. Ahora me ha valido para algo tan bonito como escribir este libro, pero durante unos años se pasó bastante mal".
Hay temas como el de ETA sobre los que nunca había hablado: lo hago ahora... y me voy a quitar un peso de encima
Regresa Ander: "Como escritor ves que te está contando un historión precisamente porque es poco habitual. Zuhaitz y yo hemos trabajado todo el año y estableces una relación personal, creo que puedo decir que somos amigos después de esto, por lo menos hasta el momento, así que ahí se combina la conciencia de que te esta contando cuestiones personales de sufrimiento y eso te revuelve, sinceramente, pero también que él ya ha dado el paso de convertirlo en materia narrativa y verlo con distancia, así que no está ahí para tapar la historia con lo que me centro en la mejor manera de contarla. Las escenas de sexo por ejemplo me parecen muy llamativas y valiosas, porque no estamos acostumbrados a que un hombre y menos un futbolista, que es como la imagen del macho triunfador, cuente problemas de este tipo". Interviene otra vez Zuhaitz: "Me decía que no iba a ser fácil, pero las historias sobre sexo había que contarlas porque el sexo funciona, ¿no?". Certifica en ese sentido Izagirre: "Tenemos que prometer a la gente que el libro tiene mucho sexo. Malo, pero mucho... ¿A quién no le han pasado esas cosas"
Más cuestiones delicadas. "Para un adolescente vasco de los años 90 era un asunto peliagudo cuando te llamaba la selección española. Te encontrabas en el medio. '¿Qué cara pongo cuando suene el himno y pase la cámara? Unos creerán una cosa y otros, la contraria'. Cuando nacías aquí, a esa edad tenías que posicionarte. Lo digo medio en broma medio en serio, pero alguien que nazca en Ávila no tiene seguramente esas preocupaciones en la adolescencia. Queríamos hablarlo de modo sincero, sin ir en contra de nada o de nadie", explica el que fuera internacional. "Hay que ser un lector muy cerril para enfadarse con él, sabiendo que en casa su tío le dice que quita el volumen de la televisión cuando suena el himno o que otros le van a exigir que si es vasco celebre los goles. Es un chaval atrapado en esa historia y cualquier persona empática entiende los dilemas a los que se enfrentaba", sentencia el escritor.
Los futbolistas son más que piernas tras un balón; en esas cabezas pasan cosas que ni imaginamos
ETA, incluso. Que asesinó entre tantos otros al padre del cuñado de Zuhaitz. "Los temas más delicados para él los trabajamos mucho. Tenía ganas de decir algunas cosas y también se entienden las circunstancias por las que antes no las pudo decir. Me parece valiente y necesario", dice Ander. "Habrá que estar preparado para recibir si es que toca. Con mi TOC me ha costado siempre distinguir entre miedos racionales e irracionales, de hecho aún me cuesta de vez en cuando. Uno ya no sabía qué era real o no en cuanto a esos miedos. Ander me empujó a que nos abriéramos y estoy contento también de hablar de temas sobre los que no había hablado en mi vida. Lo hago ahora y me voy a quitar un peso de encima", dice el propio Zuhaitz.
Regresando al fútbol, Gurrutxaga llegó a desear que la Real no ganara aquella Liga 02-03 en la que terminó... subcampeón. "Cuento mil cosas, pero es la que más nos has costado afinar. Lo que más miedo me daba era que alguien no entendiera que yo pudiera sentir eso. Entonces no sabía ni lo que tenía, pero durante años me he avergonzado. Por suerte siempre he pensado que sólo fue un sentimiento, que yo no hice nada para que no la ganáramos". Izagirre tenía claro que el libro debía arrancar con tal confesión: "Era una revelación chocante que un jugador, estando en el equipo de sus sueños a punto de ganar la Liga, no sintiera ese deseo. Los futbolistas son más que unas piernas musculosas persiguiendo un balón, por esas cabezas pueden pasar cosas que ni imaginamos".
El suicidio. Tambien el suicidio. "Son pensamientos aleatorios, el problema es cuando te agarras a uno de ellos. Cuando pasó por mi cabeza me asusté, de hecho nunca me he asustado tanto: '¿A qué he llegado?' La verdad es que sufrí, pero, aunque nunca de otra persona que hubiera pensado en suicidarse, también tuve claro que hasta con esa escena mía haría un día algo. Cuando pasa por las manos de Ander es dramática y cómica a la vez".
Yo no quería que ganáramos la Liga, pero contar eso es lo que más miedo me daba: por eso ahí pido perdón 70 veces
La salud mental es una de las preocupaciones de ambos. "La historia va mejor porque hay psicólogos que te escuchan, pero por desgracia no creo que haya tiempo para esperarte. Oyarzabal se rompió los ligamentos y se le ha esperado ocho o nueve meses... ¿esperarían por una depresión? Un esguince físico sí, pero un esguince mental... no sé si un club está dispuesto por mucho que se haya adelantado", afirma uno. "Puede que un futbolista no necesite un fisio, sino un psicólogo, así que club bueno será el que sabe que eso puede ser un problema y pone los medios para ayudarlo. Hasta ahora todo era "échale huevos", pero tenemos que entender que un problema mental puede ser igual de incapacitante, y de respetable, que el esguince del que hablabáis. En eso tenemos que avanzar, pero estamos hablando de ello: hace 20 años Zuhaitz no sabía ni con quién hablar", corrobora el otro.
¿Y de qué quieren ser subcampeones con 'Subcampeón'? "Yo tengo mi respuesta: de Zuhaitz. Estar ahí, de número dos". "Joder, ¿sería mucho decir que subcampeones en ventas?".
Finalizada la charla, Zuhaitz repara en que, tras la novia de Ander, el periodista es la segunda persona ajena a la editorial que ha leído el libro...
-"Tú también eres subcampeón".
"Que Javier Clemente haga de Javier Clemente"
"No sé si se puede estirar más el chicle de esto. Algún día quisiera dejar de hablar de mi pasado como futbolista, porque parezco el abuelo Cebolleta, pero creo que el libro aún dará pie para una cosa más, audiovisual o teatral. No pienso volver a escribir en mi vida, pero algo se podrá rascar llevándolo a otro ámbito", reflexiona Zuhaitz. "Tenemos que confesar que nuestro sueño a partir de este libro es que alguien se atreva con una serie en la que Javier Clemente haga de Javier Clemente. De Zuhaitz no sé quién, aunque él es actor", bromea Ander. "Hombre, aparentar ahora que tengo 23...", matiza 'Gurru'.