Subir a bordo de un helicóptero y vislumbrar, desde las alturas, los celebérrimos rascacielos neoyorquinos, se ha convertido, con el paso de los años, en una de las actividades favoritas para los turistas que visitan cada año la gran metrópolis.
Tanto es así, que estos, junto a su constante chirrido mecánico, estos vuelos recreativos han llegado a conformar, por derecho propio, parte de la banda sonora y un elemento de paisaje más, ya indivisible, de Nueva York.
Son muchas y muy diversas las compañías que ofrecen estos servicios. Y a pesar del gran número de vuelos que tienen lugar de forma diaria y de la enorme seguridad de estos, en ocasiones tienen lugar catástrofes como la acontecida en la tarde del pasado 10 de abril, cuando Mercé Campubrí y su familia perdían la vida en uno de estos vuelos.
Cómo son los vuelos en Nueva York en helicóptero
Varios helipuertos de Nueva York ofrecen salidas diarias para vuelos turísticos en helicóptero, siendo el más habitual el Downtown Manhattan Heliport, ubicado junto al muelle 6 en la zona sur de la isla.
Desde allí despegan la mayoría de rutas panorámicas, aunque también existen opciones desde New Jersey para quienes buscan precios más competitivos.
Las tarifas varían según la duración y el recorrido: los vuelos más cortos (de unos 12-15 minutos) suelen costar entre 140 y 180 dólares, mientras que los más extensos, de hasta 30 minutos, pueden superar los 300 dólares por persona.
Estos recorridos ofrecen vistas icónicas como la Estatua de la Libertad, el Empire State Building, Central Park o el One World Trade Center, y algunas compañías también ofrecen vuelos nocturnos o privados con un coste más elevado.
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