El ajedrez, a lo largo de su milenaria historia, ha sido testigo de duelos legendarios. Desde los campeonatos mundiales entre titanes soviéticos hasta partidas en condiciones extremas, el juego ciencia nunca ha dejado de reinventarse. Pero lo que ocurrió a partir del 4 de abril de 2025 en la plataforma Chess.com fue, simplemente, inédito: Magnus Carlsen, campeón mundial durante una década y considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, se enfrentó a un adversario colectivo conformado por 143.000 personas de todo el planeta.
La partida, bautizada como “Carlsen vs. Mundo”, fue una experiencia sin precedentes en el ajedrez moderno. Bajo un formato lento, pero cargado de expectativa, ambos bandos tenían 24 horas para realizar su jugada. Los movimientos del “Equipo Mundo” eran votados democráticamente por los s registrados en Chess.com, el sitio web de ajedrez más grande del mundo.
Una partida diferente desde el inicio
Como si no bastara el desafío de jugar contra miles de mentes combinadas, la partida se disputó en formato Chess960, también conocido como ajedrez aleatorio de Fischer. En este estilo, la disposición de las piezas en la primera fila se determina al azar, respetando ciertas reglas, lo que elimina la memorización de aperturas y obliga a los jugadores a pensar desde cero. El 4 de abril, el azar dispuso una configuración poco común, y Carlsen, con piezas blancas, fue el encargado de abrir el juego.
Desde el comienzo, la partida fue seguida por millones de aficionados en todo el mundo, no solo en Chess.com, sino también a través de retransmisiones en plataformas como Twitch y YouTube, con comentaristas analizando cada movimiento como si de una final mundial se tratara.
El genio contra la democracia
Lo fascinante del formato fue el contraste entre los estilos: de un lado, un genio singular, con décadas de experiencia, intuición refinada y capacidad táctica casi sobrehumana. Del otro, una inteligencia colectiva descentralizada, caótica pero sorprendentemente eficaz.
Cada movimiento del “Equipo Mundo” era propuesto y analizado por miles de jugadores, desde grandes maestros hasta principiantes. Tras una votación interna, la jugada más votada se ejecutaba en el tablero virtual. Contra todo pronóstico, y pese a su estructura descentralizada, el equipo logró mantener un nivel competitivo, defendiendo con orden y mostrando, en momentos clave, ideas profundas y bien calculadas.
Una lucha tensa y prolongada
La partida se extendió por más de un mes. Carlsen intentó desestabilizar con jugadas poco convencionales en el medio juego, pero el Equipo Mundo respondió con solidez. La partida terminó en tablas, algo sorprendente, ya que el equipo Mundo forzó una triple repetición con jaque al rey de Carlsen. “En general, el Mundo ha jugado un ajedrez muy, muy bueno desde el principio. Tal vez no optando por las opciones más emprendedoras, pero funcionó bien esta vez”, aseguró Carlsen.
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