Del Bosque y la reinvencin de la peseta 3k223l
viernes, 14 octubre 2011, 14:19 1g545w
Los pretorianos mediticos de Florentino Prez han decidido ensuciar el nombre de Vicente Del Bosque por tierra, mar y aire. El detonante ha sido la negativa del seleccionador espaol a acudir a la entrega de la medalla de oro y brillantes que le ha concedido el Real Madrid. Es un rechazo que le sale del alma porque considera que la concesin no es sincera y est llena de las maquiavlicas sutilezas que convierten la distincin en una pamema.
Del Bosque tiene ms orgullo que vanidad. Es un hombre sensato y justo. Lo ha sido siempre: como jugador y como entrenador. Entre sus muchas cualidades figura una muy poco habitual, la de reconocer sus errores y sus responsabilidades, ejercicio tico casi desconocido en el actual Real Madrid. Dice mucho del club y sus alrededores el ensaamiento con una persona a la que se pretende homenajear.
No es novedad el rechazo visceral que Florentino Prez siente por Del Bosque. Viene de lejos, desde su primer da como presidente del Real Madrid, en el verano de 2000. La conquista de la Copa de Europa semanas antes de las elecciones oblig al nuevo presidente a mantenerlo en el cargo. Se impusieron las encuestas, siempre trascendentales en las decisiones de Florentino Prez.
La trayectoria de Vicente del Bosque entre 2000 y 2003, su ltimo ao en el Real Madrid, est coronada por xitos que el club no ha vuelto a repetir desde su salida. En ese periodo gan la novena Copa de Europa, dos Ligas, una Copa Intercontinental y una Supercopa, palmars magnfico para un entrenador que nunca recibi el reconocimiento de su presidente. Al contrario, se trasladaba la impresin de un tcnico que obstaculizaba el fulgor de los clebres galcticos.
Esa fue la dura realidad de Vicente del Bosque en aquel Real Madrid, una realidad muy dura de asumir tanto por el entrenador como por el presidente, que no encontraba la manera de deshacerse del tcnico. Aprovech la eliminacin del Madrid frente a la Juve –Figo fall en Turn el penalti que habra torcido la historia- para tomar la decisin que siempre dese. No renov a Del Bosque, a pesar de la victoria en la Liga 2002-2003, con aquel memorable rush final de Ronaldo que permiti superar a la Real Sociedad en los ltimos seis partidos.
No ha sido la ltima vez que un entrenador del Madrid se encuentra en una posicin de indefensin frente a su presidente. Durante mucho tiempo, Florentino Prez consider que el tcnico, cualquier tcnico, era una figura sobrevalorada, por no decir prescindible. Del Bosque, Queiroz y Pellegrini sufrieron ese desdn implacable. Pero en ese captulo, como en otros tantos, Florentino Prez tampoco ha sido coherente, hasta el punto de girar su opinin de manera radical: toda la defensa que no hizo de sus anteriores entrenadores se la ha concedido a Mourinho. Del entrenador decorativo se ha pasado al entrenador-presidente.
Uno de los aspectos ms indecentes de la campaa contra Del Bosque es el que pretende colocarle la etiqueta de pesetero. De repente comienzan a filtrarse las cifras que supuestamente peda Del Bosque para renovar su contrato en la primavera de 2003. En aquella poca, el euro ya era la moneda corriente en Espaa, pero la columna de exgetas de Florentino Prez y detractores de Del Bosque se refiere a aquel contrato en pesetas. A todos les ha dado por referirse a los 1.500 millones de pesetas que pretenda el tcnico por tres temporadas, en lugar de nueve millones de euros, que era la misma cifra y adems la de curso legal.
Por lo visto, es ms hiriente y tiene ms gancho hablar de cientos de millones de pesetas que de una cantidad que no alcanza el doble dgito en euros. No parece gran cosa que Del Bosque exigiera tres millones de euros por temporada. Su historial mereca eso y ms. En los ocho aos de Florentino Prez como presidente del Real Madrid, el equipo ha ganado siete ttulos, cinco de ellos en el periodo de Del Bosque como tcnico. Los otros dos corresponden a Queiroz (la Supercopa de Espaa) y a Jos Mourinho (la Copa del Rey de 2011). Frente a las modestsimas conquistas en los cinco ltimos aos de Florentino Prez al frente del club, Del Bosque ha sido un ganador en toda regla. La conquista de la Copa del Mundo abona todava ms esa idea.
La recurrencia al tiempo de la peseta tiene un punto de grosera y mala uva, pero resulta cmica. Hablamos de un club que pagar a 80 millones de euros –salario bruto- a Mourinho por cuatro temporadas, ms los 16 millones de euros que se abonaron al Inter de Miln por su contratacin. Es decir, 96 millones de euros, o 16.000 millones de pesetas, por utilizar la vara de medir que se aplica a Vicente del Bosque.
La virulenta campaa contra Del Bosque, y las mezquinas razones que se utilizan contra l, explican su desconfianza ante una distincin que no ha merecido la llamada de Florentino Prez, que ha delegado en un empleado del club, Emilio Butragueo, la responsabilidad en las conversaciones con el actual seleccionador espaol. Hasta para esa cuestin formal no se ha producido la espontaneidad que requiere una situacin como sta.
Ha pasado un ao y medio desde el xito en la Copa del Mundo, tambin protagonizado por un hombre que perteneci durante 34 aos al Real Madrid, ms de la mitad de su vida. Por donde pasa, siempre deja bien alto el pabelln de un club al que adora. Lo hace de corazn, como un acto de servicio a una entidad que le forj como persona y como profesional. Ese club ha tenido la oportunidad de valorarle como se merece, con la prontitud y el entusiasmo que Del Bosque ha apreciado en otros clubes y no en el suyo. Llegado a este punto, Del Bosque probablemente ha considerado que se trataba de elegir entre la justicia o la conveniencia poltica. Ha elegido la va ms incmoda, la que ms se ajusta a su carcter. El precio de la inconveniencia poltica comienza a pagarlo. Ya se encargan de proclamarlo los pretorianos del poder.