Desde hace días, la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas está en el punto de mira de AENA. Alrededor de 421 sintecho pernoctan en las instalaciones y la sociedad ha optado por una decisión un tanto polémica. Una empresa de fumigación trabaja para controlar la aparente plaga de chinches, garrapatas y cucarachas que asolan a los trabajadores, así como ha impedido a ONGs acceder para dar de comer a los sintecho.
El Mundo explica en su edición de este martes, 13 de mayo, que varios trabajadores del aeropuerto y diversas organizaciones sociales denuncian que la fumigación de Barajas tiene como objetivo obligar a los sintecho a abandonar las instalaciones lo antes posible. Una prueba de ello, según se desliza, es que además del control de plagas, se ha optado por retirar mobiliario donde descansan y variar la climatización de la terminal.
Sin aseos, enchufes y sin comer
La asociación Bokatas, a través de su coordinador, Gaspar García, ha alzado la voz para cuestionar que AENA ahora les impida entrar a Barajas con el objetivo de repartir comida y kits de higiene entre los 421 sintecho que cifra Cáritas. Según sostienen, provocan un “efecto llamada” que AENA desea evitar a toda costa.
Otra medida es, por ejemplo, pedir la documentación que acredita que se disponen a viajar y que este trámite sólo se lleva a cabo con quienes el personal de seguridad ya sabe de antemano que son sintecho que desean pernoctar en el aeropuerto. También se habrían cerrado los aseos para personas con movilidad reducida y se les impediría cargar sus móviles.
Las diversas asociaciones y organizaciones benéficas ponen de manifiesto el grave problema al que se enfrentan estas personas. Además, exigen que se les deje de tratar y señalar como delincuentes, ya que tan sólo se trata de seres humanos que, por diversas circunstancias, se ven obligados a buscar refugio donde pasar la noche.
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