Cuando Rūta Meilutytė, con apenas 15 años, conquistó la medalla de oro en los 100 metros braza en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el mundo del deporte aplaudió el surgimiento de una nueva estrella. Lituania celebró a su joven prodigio y los medios la coronaron como un ejemplo del éxito en el alto rendimiento. Sin embargo, trece años después, la campeona olímpica rompe el silencio sobre lo que, detrás de los focos y las medallas, era un entorno profundamente perjudicial para su salud física y mental.
Meilutytė se ha unido recientemente a un grupo de 12 ex nadadores que han alzado la voz contra la supuesta cultura tóxica dentro del club de natación Plymouth Leander, uno de los más prestigiosos del Reino Unido. En el centro de las denuncias se encuentra Jon Rudd, entrenador principal del club desde 1989 hasta 2017 y uno de los responsables directos de la carrera meteórica de la nadadora lituana.
El testimonio de la medallista
En declaraciones al programa ‘Panorama de la BBC’, la deportista aseguró que le desveló a Rudd que se había estado enfermando para perder peso, pero él se rio y dijo: "Bueno, al menos eliminas las calorías". Ella también afirmó que él le dijo que tenía "el trasero gordo" inmediatamente antes de una competición importante cuando tenía 16 años. Según su testimonio, el constante énfasis en mantener un determinado físico, junto con los controles de peso y las restricciones alimenticias impuestas por el cuerpo técnico, contribuyeron al desarrollo de un trastorno alimenticio.
Meilutytė no está sola en su denuncia. Otros 11 ex nadadores que pasaron por Plymouth Leander han emitido declaraciones similares. Entre estos otros nadadores que han hecho acusaciones contra Rudd está a la medallista de bronce olímpica Cassie Patten, quien afirma que “el entrenador la obligó a entrenar con un hombro lesionado que finalmente terminó con su carrera en 2011”.
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