En el Real Madrid no quieren oír la palabra fracaso a la hora de hablar de la no clasificación para la Final Four de Abu Dabi. No lo es, teniendo en cuenta lo complicado que es acceder a esa fase final. Pero sí hay desencanto y frustración. Al fin y al cabo los blancos llevaban tres años consecutivos jugándola y por eso su resultado final actual se comparará con los años anteriores... y sale perdiendo, claro.
Tanto Chus Mateo como Alberto Abalde se acordaron al final del cuarto partido ante el Olympiacos de algunos partidos que se quedaron por el camino a lo largo de la temporada. El técnico, sobre todo, hablaba de los finales poco afortunados ante el ASVEL en Francia o ante el Maccabi, en Tel Aviv, dos partidos que le hubieran dado al Madrid la ocasión de quedar más arriba y evitar al Olympiacos. Y sobre todo que no se perdían otros años. Pero en baloncesto, en el deporte y en la vida, los 'y si' no valen a toro pasado, son escenarios que se podrían haber dado, pero no son reales. La realidad es que el Madrid jugó el Play-In y falló ante el Paris Basketball, y su destino quedó cruzado con el Olympiacos.
El Madrid se baja de una Euroliga que empezó con mal pie para los de Mateo. Una derrota inicial fuera de casa (Bayern) a la que siguieron otras que demostraba que el equipo no estaba para competir fuera de su Movistar Arena. Demasiadas derrotas de inicio que le hicieron perder el tren de los mejores muy pronto. De hecho, el Madrid sólo ha dormido tres jornadas como equipo de Playoffs, demasiado poco para un equipo que el año pasado estuvo casi las 34 jornadas en esas posiciones y la mayoría como líder destacado.
Como la capacidad competitiva del Madrid es casi inagotable, los blancos estuvieron cerca de forzar un quinto partido a pesar de los obstáculos. Los de las bajas, Deck e Ibaka a última hora se perdieron el choque, los de las faltas, Tavares se puso pronto con cuatro faltas y fue eliminado muy rápido, y los de los rivales, Vezenkov apareció por fin y Papanikolaou jugó un partido excelso para encarrilar la victoria de su equipo que casi se esfuma al final.
El Madrid intentó salvar la temporada a última hora y no lo consiguió. Pero sería de necios no ver que el equipo ha tenido problemas toda la temporada y a veces la épica no puede solucionar los socavones que dejan otras decisiones. Eso sí, tras el Playoffs, luz al final del túnel con jugadores como Andrés Feliz, el propio Ibaka o Abalde que pueden llegar a ser cruciales en lo que queda.
Ahora el Madrid se centrará en el único título que les queda, y el único que pueden ganar esta temporada: La Liga Endesa. Lo dijo Abalde y también lo recalcó Chus Mateo. Es lo que les queda, y no quiere decir que ese título les consuele. No lo pensarán ahora, pero en un mes, con los Playoffs en juego, ganar la Liga Endesa será la única obsesión y si lo ganan, será un título muy celebrado.
Pero de momento los blancos deben rumiar una derrota que tendrán en la cabeza durante mucho tiempo. Como suele ocurrir con los equipos construidos para jugar la Final Four, quedarse sin Europa supone un verdadero drama. Es el gran objetivo al comenzar la temporada y suele ser el rasero por el que se mide el rendimiento al final. Y el Madrid ya ha dicho adiós a esta Final Four de una manera que será difícil de olvidar, dejando heridas difíciles de cicatrizar.
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