mircoles, 4 enero 2012, 23:14 6y5o1s
La ola que nos lleva 1l2t6g
La arena se pega al cuerpo. Son 46 grados de temperatura y el viento que sopla en Espaa lo calificaramos de sahariano. Al final, frica siempre est algo presente. En el polideportivo de Chilecito hay una piscina que acaba convirtindose en un bao de barro. Por suerte, algunos la catamos al principio. Aqu un bao de dos minutos se convierte en un placer supremo.
Los helicpteros cortan conversaciones. Los telfonos no van. Internet tiene unos precios ms que prohibitivos. La tienda de campaa es una sauna. Te enteras de que un piloto muri y te dan ganas de volverte.
Est claro que esto no es una fiesta por mucho que cada jornada lleguen los jerifaltes de turno a hacerse fotos. Vale, pagan y dejan su territorio. En este rally se pasa de la alegra al drama en un momento, en una distraccin, en un imprevisto. Su ritmo es tal que no da tiempo a digerir casi nada. Y, sin embargo, los das se hacen eternos. Parece que han pasado meses desde la cena de Nochevieja en Mar del Plata (de fiesta nada, que tocaba estar en pie a las 6:30).
La ola de calor parece que da un respiro. Es una brisa eso que se siente o son otra vez los helicpteros? Llega la frustracin de los que abandonan: David Serra, deshidratado, Rosa, la mujer de Nani, cuya moto no iba y se perdi, etc. Los que quedan saben que esto no es nada, o casi nada. “Fiambal ser un infierno total”, dice el director de rally.
Y puede haber doblete. Coma y Roma. Roma y Coma. Aguantan. Saben lo que tienen que hacer, la estrategia que los conviene, y la estn aplicando.