Cuando lleg a Inglaterra le colgaron a su equipo la etiqueta de aburrido porque gan los primeros partidos por 1-0. Luego ese adjetivo se tuvo que matizar, porque su Chelsea acab arrasando, ganando con justicia y ofreciendo un espectculo en el que se conjugaba la velocidad, la potencia y tambin la calidad. Y su cifra total de goles en las dos temporadas en las que gan el ttulo, un idntico registro de 72, se acerc bastante a las de otros campeones que han recibido elogios por su estilo atrevido -el Arsenal de los invencibles, sin ir ms lejos, uno de los equipos ms deliciosos de la historia de la Premier League, anot 73-. Pero la fama ya la tena Jos y se extendi por toda Europa. Especialmente lleg a Espaa, donde los debates estilsticos gustan ms que en ninguna otra parte. Y claro, se compar el equipo dominante del momento del ftbol britnico con el que mandaba en La Liga: el Barcelona de Rijkaard. El mejor Barcelona de Rijkaard. Por contraposicin, por una operacin demasiado simple y maniquea, quedaron repartidos para siempre los papeles: el Bara jugaba bonito y el Chelsea jugaba feo.



Pasaron los meses, se deterior el equipo campen de Pars y empezaron a sonar nombres para suceder a ese holands que con su tendencia al laissez faire sent las bases de la construccin de un conjunto maravilloso pero tambin las de su posterior destruccin. Y son Mourinho. Y se oyeron voces. El que juega feo. El defensivo. No encaja. Si esas etiquetas tuvieron que ver o no con su descarte no lo s, pero es evidente que exista la idea de que el portugus pertenece a un tipo de ftbol alejado del ms bello. Y en la sempiterna confusin entre la esttica y la virtud, hubo quien incluso lo acus de conservador. An hoy, en el lenguaje popular, se lo asocia con otros entrenadores que tambin tienen fama de defensivos. Capello, Clemente, Mourinho, nombres que se pronuncian a menudo en las mismas frases, como sinnimos. As que el de Setbal se fue a Italia, al Inter, un conjunto cuyo ftbol no ha enamorado en los ltimos aos. Y muchos pensaron: es el matrimonio perfecto. Entrenador aburrido para equipo aburrido.

Qu pensaran esos mismos si viajaran hoy a Miln, escucharan las radios locales, leyeran los peridicos de color rosa y asistieran a los debates de los programas televisivos de anlisis? Mourinho est recibiendo crticas por ser demasiado ofensivo. Y l responde: yo soy atrevido, Italia no me va a cambiar. Qu ha pasado? Nada, en realidad. Es el mismo Jos, el que en el Bridge, cuando se pona el marcador en contra, acababa los partidos con un 3-3-4 -con todos los centrocampistas de ataque-. El mismo que, a media hora del final, si iba perdiendo, quitaba a un lateral para meter a un delantero. Un hombre que siempre sale a ganar. Un entrenador que no reserva a las estrellas en los partidos pequeos, porque quiere ganarlo todo, quiere ganar siempre. As que, cuando el sbado en Reggio Calabria sac un 4-2-4, con Quaresma, Ballotelli, Ibrahimovic y Mancini juntos en ataque, no se someti a ninguna mutacin extraterrestre. Respondi con osada, como siempre haba hecho, a los problemas de su equipo. Que no marcamos goles? Bueno, vamos a darle otra vuelta de tuerca a la tctica. Y no slo por la disposicin de los futbolistas se notaba el carcter ofensivo de su equipo. No olvidemos a la gente que llegaba. No olvidemos a Maicon o a Vieira, que marcaron apareciendo en posiciones de remate desde atrs.

Lo que sacrific Mourinho en este partido fue un jugador del perfil de Lampard en el centro del campo. Porque no tiene a nadie que se parezca al "mejor profesional que nunca he conocido", como defini a un Frankie que, por cierto, est cuajando una temporada espectacular en Londres, tocando con una velocidad y una inteligencia asombrosas. El Chelsea de Mou era muy slido en el centro del campo, tena mucha fuerza fsica, trabajaba de maravilla la presin y cerraba todas las lneas de pase. Por eso se lo calific de defensivo, olvidando que cuando sala al ataque lo haca siempre con cinco o seis jugadores. Era un equipo total, un equipo fantstico. No pasemos por alto que cuando le gan al Bara 4-2 en marzo de 2005 sali con Lampard, Duff, Joe Cole, Gudjohnsen y Kezman, todos juntos en un mismo once. Lo de arriesgar siempre ha estado ligado a su personalidad y no debe sorprendernos que, ante una crisis goleadora, elija retirar a un futbolista de la zona central para meter a otro desequilibrante. Y claro, se not, la Reggina le cre muchsimas ocasiones de gol, demasiadas, pero eso Jos ya lo asuma de entrada. Haba decidido que se la jugaba. Como tantas otras veces. Y como tantas otras que llegarn. Porque Italia no lo va a cambiar.