domingo, 23 mayo 2010, 14:47
Milito, en la segunda de Mourinho 281w29
Diego Milito conoce la ansiedad y las urgencias históricas. Ha convivido con ellas desde que era un crío, desde que intentaba abrirse un hueco en este fútbol profesional ultra-competitivo. Sus goles han llevado implícitos gritos de liberación, tensión acumulada por demasiados lloros y que explota en el aire tras la consecución del deseadísimo momento de felicidad. Fue así en su Rácing, en el amado Genoa, ahora en un Inter que lo ha convertido en leyenda tras sólo una temporada vistiendo su camiseta.